El pasado Sábado mientras los partidos políticos se preparaban para la consulta, en otra parte de la ciudad se vivía un momento alucinante. Se trató de una enorme lata de cerveza que contó una historia que nos hizo pasar de la melancolía a la tristeza y de la risa a la ilusión.
Una historia de hombres vestidos de negro, con guantes de cuero y cascos plateados que bailaban moviendo sus brazos como abrazando la lluvia,
Una historia de jolgorio y prostitutas que después del bacanal lloraban su dolor,
Una historia de mujeres humildes y preñadas que aún en su abandono soñaban,
Una historia de niños descalzos que no sabían leer,
Una historia de gentes que no entienden, pero comprenden la pobreza,
Una historia de lavanderas y sus historias,
Una historia de miedo, incertidumbre y sudor
Pero sobre todo una historia de esperanza.
Es la historia de Barrancabermeja contada desde la comuna 7, donde 20 jóvenes que emergen de la otrora zona más conflictiva, forjan sin los aires acondicionados de los clubes barranqueños, la leyenda del Grupo de Teatro del Centro Cultural Horizonte de la Ciudadela Educativa. Casi 90 años resumidos en 2 horas que quedaron prendidas en el corazón de 400 personas que asistimos al Edificio Paloka a ver esta obra dirigida por un Italiano con corazón barranqueño para el cual, no alcanzan los elogios por enseñarnos a valorar nuestra historia pero sobre todo, a nuestra juventud. Esa historia que hoy miramos con indiferencia y que debería estar prohibido olvidar, porque nos nutre y nos dice que camino NO recorrer.
Tal vez por esto no sorprende que alguien venido del otro lado del mundo, en menos de dos años nos de una lección de sentido de pertenecía, honestidad, convicción y perseverancia. Con ese ejemplo, no me cabe menor duda que los grandes actores de marca Internacional hechos en nuestra ciudad saldrán de la comuna 7, donde alguna vez el zumbido de las balas nos hizo bajar la mirada y que hoy aún con la misma lata cerveza contando la historia, la ilusión levanta la cabeza por el ruido de los plausos. Felicitaciones muchachos. Gracias Guido R. y Yolanda.