Editorial El Medio Magdalena.
Después de años de mensajes encontrados, contradicciones y francas mentiras, se ha generado un movimiento público y social de rechazo en el municipio a lo que algunos consideran un plan soterrado de Ecopetrol para acabar lenta pero sistemáticamente con la refinería de Barrancabermeja.
Ecopetrol genera esto, al dejar en suspenso por más de una década el proyecto de modernización de la refinería más grande y antigua del país, que es fundamental para adecuar la factoría a las necesidades de la refinación con la materia prima disponible, además de ser un proyecto estratégico desde el punto de vista minero y energético para Colombia.
Así que la comunidad y el gobierno de Barrancabermeja, literalmente cansados de las dilaciones y las mentiras de la petrolera y del gobierno nacional han lanzado un grito de batalla para proteger la refinería y buscar que se concrete la modernización de las instalaciones donde se refina la mayor parte de los hidrocarburos del país.
Esto no es un asunto coyuntural, de moda o superfluo, desde hace años se viene gestando en el municipio un sentimiento de repudio frente a las aplazamientos en la ejecución del proyecto de modernización que se ha ido acumulando y acrecentando con el pasar de los años, madurando un malestar general, y en estos momentos ha generado un movimiento público, apoyado por la administración municipal y por diferentes organizaciones sociales, sindicales y comunitarias, que pretenden defender la integridad y buen funcionamiento de la refinería así como la realización de la modernización como parte de un compromiso que se tiene con el país y la ciudad.
Y esto ha empezado con la búsqueda de un amplio acuerdo municipal de apoyo a este reclamo, que ha permitido la constitución de un equipo impulsor de una serie de acciones, y que además ha logrado que se vincule activamente al gobierno departamental y a la bancada de congresistas santandereanos en la tarea de lanzar una ofensiva política y mediática que muestre no solo a la ciudad unida, y de la mano con la dirigencia política del departamento, apoyando este reclamo ciudadano e institucional, y manifestando a Ecopetrol y al gobierno nacional la unidad política e institucional del departamento en torno a esta propósito.
Producto de este movimiento social y político, se ha planteado que el próximo 17 de mayo se haga una gran movilización pública, reclamando la no chatarrización de la refinería y la realización del proyecto de modernización.
Esta manifestación viene gestándose desde hace algunas semanas, y es el producto de un sentir compartido por organizaciones sociales y gremiales de mostrar públicamente el inconformismo por lo que viene sucediendo, y además representa el profundo descontento social por el incumplimiento de los compromisos de Ecopetrol y el gobierno nacional hacia Barrancabermeja.
En este sentido es fundamental que la comunidad, sin distingo de posiciones políticas, apoye y acompañe masivamente esta expresión del clamor de la comunidad, para enviar un mensaje claro y contundente de defensa de la refinería y de respeto por la dignidad de una población que ha sufrido por los engaños de la Empresa Colombiana de Petróleos y del alto gobierno. Esta es una oportunidad única para manifestar el sentir de la gente, que sin distingos habla un solo idioma y defiende lo que es propio.
Progreso ambiental
El anuncio de hace unos días del gobierno municipal de pedir la revocatoria de las licencias de funcionamiento de los rellenos sanitarios que vienen operando la ciudad, así como el decreto que suspende la emergencia sanitaria y establece unos tiempos para el ajuste en la disposición de residuos sólidos, representan un importante avance en la solución de algunos de los problemas ambientales más sentidos en la ciudad, y es una respuesta clara y contundente a la falta de compromiso ambiental de la CAS.
Lamentablemente la autoridad ambiental del departamento no ha sido un referente de la preservación de los ecosistemas, pues como es de conocimiento público esta entidad facilito las licencias de funcionamiento a unos rellenos sanitarios en pleno distrito de manejo de la ciénaga San Silvestre, fuente de agua del municipio y uno de los ecosistemas más importantes de la ciudad y la región.
A partir de esta cuestionable decisión se ha desarrollado un continuo debate público sobre la conveniencia de estos rellenos y el papel de la CAS en la ciudad, que se ha traducido en acciones judiciales y manifestaciones públicas de rechazo a este tipo de actuaciones. En este momento, gracias a las medidas tomadas por la administración municipal es posible restablecer la ruta de la preservación del medio ambiente y al buscar que la autoridad ambiental, la CAS, asuma su responsabilidad con la comunidad y las futuras generaciones de proteger el agua y los ecosistemas.
Es momento de que la CAS tome decisiones duras pero necesarias para proteger el presente y el futuro de Barrancabermeja, y deje de ser un convidado de piedra en la defensa de los recursos naturales.