Argentina atraviesa un momento de grandes cambios políticos y económicos tras la llegada al poder de Javier Milei, un economista libertario que prometió revolucionar el país con un enfoque radicalmente distinto al de sus predecesores.
Sin embargo, a medida que avanza su mandato, surge la pregunta clave: ¿ha logrado Milei resolver los problemas estructurales de Argentina o estos persisten e incluso se están agravando?
Los recortes y el superávit fiscal: un espejismo económico
Una de las principales promesas de Milei fue reducir drásticamente el gasto público para equilibrar las cuentas del Estado. Su gobierno ha implementado recortes significativos que, en efecto, han generado un superávit fiscal.
A primera vista, esto podría parecer un logro, especialmente considerando la historia de déficits crónicos del país. Sin embargo, este resultado es, en gran medida, un espejismo.
El déficit fiscal nunca fue la causa principal de la inflación en Argentina. En 2023, antes de la llegada de Milei, el déficit representaba menos del 3% del PIB, una cifra relativamente moderada si se compara con otros países de la región como Brasil, cuyo déficit alcanzó casi el 9% ese mismo año, sin desencadenar una inflación superior al 5%.
La obsesión de Milei con el déficit parece ser más ideológica que una solución basada en un análisis económico riguroso.
El estancamiento económico y las ilusiones de crecimiento
El crecimiento económico que algunos sectores pro-Milei destacan parece estar basado en proyecciones optimistas y, en ocasiones, en datos cuestionables.
En realidad, la economía argentina sigue contrayéndose. Incluso si el crecimiento regresara, esto no resolvería el problema central: la competitividad de la economía en términos de su tipo de cambio real.
La pérdida de competitividad y el problema del tipo de cambio real
Uno de los movimientos iniciales de Milei al asumir el cargo fue permitir que el peso argentino se ajustara libremente frente al dólar. Esto provocó un aumento momentáneo de la competitividad, como reflejó el alza en el tipo de cambio real.
Sin embargo, la alta inflación ha erosionado rápidamente ese avance, devolviendo la competitividad a los niveles previos al inicio de su gestión.
Además, el mercado negro del dólar, que tradicionalmente ha sido un termómetro confiable de las expectativas económicas en Argentina, ha mostrado señales contradictorias en los últimos meses.
Mientras que algunos datos sugieren que el peso se está fortaleciendo en este mercado, la realidad del tipo de cambio real cuenta una historia muy distinta.
Esto levanta sospechas sobre la confiabilidad de los datos y la capacidad de los argentinos para establecer una tasa representativa en el mercado paralelo.
Endeudamiento en dólares y el riesgo de default
Uno de los aspectos más preocupantes de la gestión de Milei es el creciente endeudamiento del país en dólares estadounidenses. A medida que Argentina recurre a préstamos en moneda extranjera para estabilizar su economía, enfrenta un riesgo cada vez mayor de default.
La depreciación del peso no solo aumenta el costo de la deuda externa, sino que también afecta directamente a los ciudadanos, quienes ahora enfrentan productos financieros como tarjetas de crédito emitidas en dólares.
En caso de una fuerte depreciación del peso, los saldos de estas tarjetas podrían aumentar entre un 50% y un 80% de la noche a la mañana, agravando la crisis para los consumidores.
El peso en una encrucijada
Actualmente, el peso argentino se encuentra en un nivel similar al que tenía cuando Milei asumió el poder, pero este equilibrio es artificial y parece estar siendo sostenido por el endeudamiento en dólares.
Este tipo de estrategia ya ha sido probada en el pasado con resultados desastrosos. La historia reciente de Argentina sugiere que, una vez que se agoten las líneas de crédito en dólares, el peso sufrirá otra devaluación significativa, exacerbando los problemas de deuda y confianza en la economía.
El futuro político y económico
A medida que las políticas de Milei enfrentan mayores desafíos, es probable que se produzca un cambio político en el futuro cercano. Si el actual gobierno no logra resultados sostenibles, es posible que los peronistas, históricamente dominantes en la política argentina, regresen al poder.
En ese escenario, podrían adoptar una postura más antiestadounidense, especialmente si el endeudamiento en dólares se convierte en una carga insostenible.
Esto podría llevar a un cambio de alianzas internacionales, alejando a Argentina de Occidente y acercándola a bloques como los BRICS, compuestos por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
Un camino incierto
El gobierno de Javier Milei ha generado titulares llamativos y polarizado el debate político en Argentina. Sin embargo, al examinar más de cerca sus políticas y resultados, queda claro que los problemas estructurales del país persisten e incluso podrían estar agravándose.
Las medidas inmediatas, como los recortes fiscales y el endeudamiento en dólares, pueden ofrecer alivios temporales, pero no atacan las raíces de la crisis económica.
En última instancia, el futuro de Argentina dependerá de su capacidad para abordar problemas de fondo como la competitividad, la inflación y la sostenibilidad de su deuda externa.
Mientras tanto, el país sigue atrapado en un ciclo de crisis económicas y políticas que amenaza con repetirse una vez más. El tiempo dirá si la era Milei será recordada como un punto de inflexión o como otro capítulo en la larga saga de incertidumbre argentina.
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Philip Pilkington es un Macro Economista investigador que puede ser ubicado en X como @philippilk es el presentador del podcast Multipolarity @MultipolarPod
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