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Testigos de Jehová: al servicio de una mentira – Por: Samuel el Sagaz

Si abandonas, o eres expulsado, de golpe y porrazo todos tus “hermanos” te dejan de hablar. Te hacen el más absoluto vacío. Incluso tu familia más cercana.

Nací en una familia testigo de Jehová. Como tal me crié y fui educado. Y por ello te voy a contar mi experiencia. Antes de nada, aclarar que dentro hay muy buenas personas, y que no son conscientes del nivel de manipulación que viven. 

Cuando eres niño, asistir a las reuniones y salir a predicar no es una opción. No puedes elegir no hacerlo, ya que tus padres te van a obligar a ello pensando que hacen lo mejor por ti, por lo que desde pequeño asumes que tienes que hacerlo. 

Por lo tanto ya vas a crecer con la manipulación desde que naces, que hacer esto es por tu bien, y es lo que se espera de ti para obtener la aceptación de tus padres y las personas que te rodean. 

Como niño testigo de Jehová, te inculcan desde pequeño, que solo los otros testigos son tus hermanos, y que quienes no lo son, son “mundanos” con los que hay que tratar de tener cualquier trato estrecho, incluyendo a tu familia no testigo, por lo que creces teniendo trato íntimo básicamente con otros testigos. 

Todo tu círculo social son ellos, y ahí creces, pensando que eres feliz y que vives en una “hermandad”. 

Desde bien niño ya te inculcan, que debes dedicar tu vida a Dios y bautizarte, y no hacerlo significa no ser “un buen cristiano”. Y así lo hice yo. Siendo un crío me bauticé, y fuí un joven “ejemplar”. Me hice precursor, predicando más de 70 horas al mes, fui siervo ministerial, y con apenas 30 años fui anciano. 

Y llega un momento en que mi vida cambió. Como anciano traté un tema de abuso de menores. Lo importante no era la menor, era que el “nombre de Jehová” no fuera manchado, y así se lo hicieron saber a la madre, a la que le echaron en cara haber denunciado. 

Ahí empecé a hacerme preguntas y a planteármelo todo. 

Y es entonces cuando eres consciente de la jaula en la que estás. Tu vida no es tuya. Es la vida que ellos te han montado y con la que te chantajean para que no pienses ni te vayas. 

Si abandonas, o eres expulsado, de golpe y porrazo todos tus “hermanos” te dejan de hablar. Te hacen el más absoluto vacío. Incluso tu familia más cercana. 

Estás muerto. Y te sumes en la más absoluta desesperación. Te los cruzas por la calle y ni te miran. Lo mejor es que desde pequeño te adoctrinan diciéndote que es una muestra de amor Y padres dejan de hablar a sus hijos, de ver a sus nietos, por un supuesto “amor” que no es tal. 

Los testigos nos auto definimos como la “verdad”. Pero esa verdad, es una auténtica montaña de falacias creada para controlarte. 

Es por ello, que los niños deberían ser alejados del adoctrinamiento de esos grupos coercitivos. Que tendrían que haber leyes que limitaran las prácticas sectarias, y lo más importante, no hay promesa de vida futura, ni hay Dios, por el cual valga la pena sacrificar tu vida y el amor de los tuyos. 

Gracias a todos por vuestras respuestas. Me es imposible literalmente contestar a todo el mundo, pero por lo que voy viendo, hemos sido muchos por diferentes países que hemos tenido vivencias similares. 

Ojalá sirva para que más gente abra los ojos. Un abrazo a todos. 

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Algunos me están preguntando por mi testimonio en vídeo. Os dejo la entrevista que me hicieron contando mi experiencia. 

Fuente: Samuel el Sagaz en X
Samuel el Sagaz es un cibernauta ex Testigo de Jehová que puede ser localizado en X como @apostata1914

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