La compra de los carrotanques para la Guajira ha permitido sacar a la luz nacional la «cadena» de actos de corrupción que se creó desde el gobierno de Álvaro Uribe, donde se da la verdadera génesis de toda una cadena de corrupción histórica con los recursos para la atención y prevención de riesgos y desastres.
Y es que la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo y la atención de Desastres ha venido siendo utilizada por los gobiernos de turno como el «cajero automático» para alimentar la insaciable voracidad de la corrupción política, de sus campañas electorales y la de contratistas, sin tener que pasar por un proceso de prerrequisitos para disponer de los recursos con celeridad.
¿Quiénes tienen la experticia para usar la UNGRD como su «Cajero Automático»?
La respuesta es obvia: todos los partidos de los gobiernos que han estado en el poder, que hoy forman parte de la oposición y que están infiltrados, con o sin responsabilidad del Presidente Petro, en la UNGRD y que conocen su «modus operandi» .
Un poquito de historia de la UNGRD:
A raíz de la avalancha provocada por la activación del Volcán del Ruiz que sepultó al municipio de Armero en 1985 bajo el gobierno de Belisario Betancour, surge la necesidad de contar con un Sistema que coordinará todas las acciones encaminadas a la prevención y atención de desastres en todo el territorio nacional.
Sin embargo, no fue sino hasta el gobierno de Álvaro Uribe que, con el Documento CONPES 3146 de 2001, se definió la estrategia para consolidar la ejecución del Plan Nacional para la Prevención y Atención de Desastres, y su «sumergida función de Cajero Automático» a nivel regional y nacional.
¿En qué consistió esta estrategia?
Ordenar el manejo de la gestión del riesgo como componente importante de los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) y Planes de Desarrollo Sectorial (PDT).
Así fue como el Plan Nacional para la Prevención y Atención de Desastres sirvió de herramienta para la toma de decisiones sobre el futuro económico y social de los municipios, departamentos y la nación, pero también para direccionar recursos del erario desde la DPAD (Dirección de Prevención y Atención de Desastres del Ministerio del Interior y de Justicia) en la consolidación del poder político de clanes y gobiernos regionales y a nivel nacional.
En el 2003, Álvaro Uribe para asegurar su reelección, echó mano de nuevo de esta estrategia y promulgó la Ley 812 de 2003: Plan Nacional de Desarrollo: “Hacia un Estado Comunitario” para dar continuidad al manejo de la prevención y atención de desastres a nivel nacional, regional y local.
Ajá «comunitariamente» aseguró su campaña.
Así fue como Alvaro Uribe se aseguró durante 10 años su poder hegemónico con gobernadores y alcaldes adeptos a su gobierno y sus políticas.
Posteriormente, bajo el gobierno de Juan Manuel Santos, el 3 de noviembre de 2011 nace la hija de la DPAD de Uribe, la UNGRD a través del Decreto 4147 de 2012. Cambio de nombre, de estructura organizacional pero con los mismos fines.
Bajo el gobierno de Iván Duque nos meten otro gol a los colombianos con la UNGRD: durante la pandemia de COVID-19, Duque trasladó «las competencias del Ministerio de Salud a la Ungrd, quedando esta al frente de la contratación de la compra de vacunas«, y que según una investigación de la Fundación Paz y Reconciliación, permitió la repartición de $ 1,2 billones.
Para reflexionar
¿Creen ustedes que Gustavo Petro, a sabiendas del modus operandi de la oposición con la UNGRD haría lo mismo para entregar su cabeza en bandeja de plata a la oposición?
¿Cuántas alcaldías y gobernaciones obtuvo el Pacto Histórico en las pasadas elecciones regionales?
¿Le aprobaron la Reforma a la Salud?
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