Por: Darío Echeverry Jr.
Es frecuente ver que cada vez más aspirantes a cargos de elección popular inscribir sus candidaturas a través de firmas, así como que cada día se habla más de la crisis de los partidos, en especial de los tradicionales, y se señala como las redes sociales y las nuevas tecnologías están cambiando la forma de ver y hacer política, al tiempo que están afectando la manera cómo funcionan las organizaciones políticas.
En la actualidad es posible ver como este es el escenario donde se desenvuelven los partidos políticos y donde muchos señalan la crisis de estas estructuras, algunos augurando su decadencia y debilitamiento progresivo, otros hasta su fin.
Sin embargo, estos tres elementos, que configuran el quehacer electoral actual, son una muestra de la crisis político electoral actual en el país, que se caracteriza por políticos que buscan alejarse de los partidos políticos que son identificados como estructuras desfasadas, inútiles y hasta corruptas, y así lograr construir una imagen de autonomía, trasparencia y rectitud que les represente mejores y mayores beneficios ante el electorado.
Así mismo, los problemas que atraviesan los partidos políticos son variados, su desprestigio entre la ciudadanía producto de los escándalos de corrupción, la falta de estructuras internas fuertes, la disolución por fuera de las épocas electorales, la ausencia de cohesión, la feria de avales, la insuficiente disciplina de dirigentes y bases, la lenta renovación de cuadros políticos para refrescar candidaturas, entre otras cosas, representan la realidad partidista en el país.
Finalmente, es claro que las redes sociales y la tecnología ha cambiado la forma de hacer política, en estos tiempos es posible una comunicación directa, y en tiempo real, entre el candidato y el elector sin necesidad de ningún tipo de mediación o intermediación.
Además, la ciudadanía se puede enterar de noticias, actividades y hasta declaraciones de los aspirantes a cargos de elección en cualquier momento y en cualquier lugar, opinar y hasta caricaturizar al candidato y su mensaje.
Esta nueva relación directa e inmediata requiere cada vez menos estructuras políticas y plataformas ideológicas, y se basan en mensajes y opiniones que buscan atraer al electorado.
En este contexto los partidos políticos no han perdido su trascendencia e importancia, es necesario construir estructuras políticas que se basen en ideas, que no se basen en la inmediatez, sino que descansen en la construcción colectiva de propuestas desde referentes ideológicos que sustenten no solo un ideario sino una actuación, al tiempo que elijan sus candidatos a partir de procesos democráticos internos basados en la disciplina, la renovación y el compromiso con la organización.
La crisis de los partidos no favorece al país, más aún cuando lo que se puede perfilar, y se está perfilando, es el vaivén de personalidades sin compromisos con estructuras políticas en una aparente independencia, y con discursos dirigidos a un público virtual, en donde se mide la aceptación de las declaraciones por las reacciones en redes sociales más que por la pertinencia de los mensajes para el país.
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