El gran esfuerzo de confinamiento colectivo de una sociedad pobre obtuvo logros importantes pero temporales e insuficientes, pues de tres objetivos, solo cumplimos de manera parcial en la preparación hospitalaria.
La realización de pruebas masivas para diagnosticar quienes adquirieron el virus, hayan o no desarrollado la enfermedad y luego ubicar los contactos de los positivos y los contactos de éstos de manera sucesiva, se hizo en mínima parte.
No pretendo endilgar culpas a quienes hoy tienen la responsabilidad de tomar las decisiones.
Lo que sí quiero señalar es nuestra carencia de recursos materiales, sociales e institucionales para enfrentar un reto de esta magnitud.
Gobiernos sucesivos empequeñecieron al Estado, único capaz de enfrentar con éxito esta adversidad con sus instituciones, sus gobiernos y su ciudadanía. Asignaron responsabilidades a los entes territoriales sin dotarlos de capacidades, negociaron Tratados de Libre Comercio, abandonaron el desarrollo rural amenazando la seguridad alimentaria con el argumento de un mayor costo de producción, pactaron la prohibición de subsidiar sin consideraciones de reciprocidad, privilegiaron a los terratenientes improductivos, precarizaron la educación, implementaron un modelo defectuoso de seguridad individual en salud que no permite respuesta adecuada ni oportuna ante pandemias, deterioraron las condiciones laborales y de contratación, el PIB creció por cuenta del sector financiero, la minería y el comercio, incentivando el consumo de bienes y servicios importados; la miseria y la pobreza disminuyeron de manera precaria y frágil con medidas asistencialistas, y aumentó la brecha multidimensional con los países en desarrollo.
En esas condiciones nos sitió el virus, y hoy dependemos de su comportamiento y del nuestro, que implica una estricta disciplina social que nos habitúe al lavado de manos efectivo y frecuente, al distanciamiento físico, a la protección de la cara, y a una estricta higiene personal y social para disminuir el nivel de contagio que redunde en menor número de enfermos mientras buscamos proteger el ingreso y el empleo, y el gobierno logra hacer las pruebas y el seguimiento que le permita tomar decisiones informadas y no sobre supuestos.
Si no logramos prepararnos ante la pandemia, menos lo haremos para el cambio.
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