Por: Jorge Gómez Pinilla – Tomado de El Espectador
El candidato independiente a la Gobernación de Santander acaba de anunciar una pausa por lo menos 12 días en su campaña, por recomendación médica.
En esta entrevista, previa a esa decisión, responde a los rumores sobre su estado de salud, incluso mental.
Un sorpresivo cambio en la manera de asumir los debates se ha visto en el candidato a la gobernación de Santander, Leónidas Gómez. Agresivo con sus rivales unas veces, burlón en otras, como si las presiones de la campaña lo hubieran desencajado. Por todo lo anterior decidimos buscarlo, para saber si es cierto o no que anda mal de la cabeza, y este fue el resultado de la charla.
Hay actuaciones suyas que preocupan, incluso entre sus seguidores. Unos lo ven haciendo payasadas, otros dicen que adoptó el mismo libreto del cascarrabias alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández. ¿Qué está pasando ahí?
La gente, sobre todo los intelectuales, piden el cambio, pero no lo asimilan. Quieren que yo me comporte como los políticos tradicionales. El cambio se empieza a hacer desde las campañas; mis mejores amigos ya no me saludan, otros se desmayan, hay los que lloran, otros van a renunciar.
Yo le escuché decir que ya no tiene asesor de publicidad y que iba a encargarse usted mismo del manejo de su imagen. Al día siguiente lo vi haciendo pantomima en el parque san Pío y me atreví a pensar: ¿será que la próxima vez le da por cantar en un bus…?
Vamos por partes. Me fueron imponiendo asesores de publicidad hasta llegar a cinco. Veteranos que le han manejado la publicidad a Coca Cola me iban a fabricar una imagen muy distinta a lo que yo soy. Les pedí que se retiraran y los tengo como consultores ad honorem; así me ahorré esa platica. Yo quiero ser auténtico, ser yo. No quiero engañar a nadie. Es parte del cambio.
La Silla Vacía dice que el suyo es el mejor programa, el que menos copialina tiene, el más original. ¿No cree que es eso lo que usted debería estar divulgando?
Jorge, no es cierto que sea el mejor programa. Ese programa lo hizo el pueblo, me lo dictó la gente, yo solo lo transcribí. Y no me puedo apropiar de lo ajeno, yo soy un instrumento de la voluntad ciudadana, eso es el cambio. Una persona me dijo lo de los ángeles de la salud, otra lo de los deportes, otro lo de defender el páramo de Santurbán. Yo lo único que hice fue copiar. El problema aquí es que ustedes son demasiado inteligentes, en cambio yo soy el bruto. No tengo título profesional. Yo hago lo de los campesinos, observo.
Bueno, ¿y por qué no pone a sus seguidores a hacer pedagogía del excelente programa que usted recogió del pueblo?
Porque a mis seguidores los tengo que formar. Yo soy un pedagogo y la letra con sangre entra. Con Antanas Mockus hemos debatido muchas cosas y nos morimos de la risa de pensar que la gente no entiende ni el 5 por ciento de lo que queremos hacer. Incluyéndolo a usted, a quien respeto mucho. Yo no tengo por qué explicarle lo que hago, haga usted el esfuerzo mental de entender.
Hablando de Mockus, en un debate reciente usted estuvo a punto de bajarse los calzones. Y hubo gente que se preguntaba: ¿qué le pasa a Leónidas, se volvió loco o qué?
Uno de mis autores preferidos, Erasmo de Rotterdam, escribió Elogio de la locura. Y Estanislao Zuleta escribió Elogio de la dificultad. Son mis dos biblias. La gente ya no quiere ideología, quiere es que le resuelvan sus problemas. Si usted quiere hablar con un candidato alternativo, tiene que hacer el esfuerzo de entender que no le voy a hablar como Aguilar ni como Elkin Malo. Yo solo quisiera tener la oportunidad de explicarle a usted y de romperle el coco hasta que entienda.
¿Cuáles son los tres pilares fundamentales de su programa de gobierno?
Primero escuchar, respetar a mi pueblo. Usted quiere que le recite los cien puntos del programa de gobierno. El primero, escuchar a mi pueblo. El segundo, volverlo a escuchar. El tercero, hacer planes: diseñar obras y presentar resultados.
Eso que usted acaba de decir también pudieron haberlo dicho los otros candidatos…
De pronto usted encontró una afinidad con esos miserables.
A ver a ver: ¿usted cree que los otros candidatos son unos miserables?
Pobre Víctor Hugo. Utilicé una palabra con la que tituló una de las obras clásicas de la literatura. Un día me preguntaron si yo los iba a echar al basurero del Carrasco y les dije, primero los licúo para que no lo contaminen. Víctor Hugo se quedó corto. Esos son los responsables del atraso, los que han institucionalizado la corrupción, son unos bandidos. Para acordarme de los Aguilar, yo me acuerdo es de los monumentos que construyeron con plata que era para la salud.
Usted se comparó con un león, pero a la vez dijo que es el caballo de Troya que llega a combatir a los malvados, y que los niños lo protegen a usted. ¿Llamamos al manicomio…?
Yo no quiero un león que amedrente a las personas. Voy a ser un león tierno, un leoncito, pero no se lo voy a copiar a Disney. Tengo a todas las mujeres de las cárceles de Santander haciendo leones y no dan abasto. Les pedí 250 mil, pero ahora quiero 500 mil, porque el niño que llevamos por dentro todos los adultos, como usted, también reclama un león.
¿Eso del león fue idea suya o de sus asesores?
Los asesores me tienen excomulgado. Si no los hubiera botado, habrían renunciado por lo del león, porque el león me sirve para explicar cosas tan importantes de la historia como la batalla de Troya Los leoncitos son mi caballo de Troya: yo se los estoy regalando a los hijos de los Aguilar, a los hijos de Elkin Malo, a los hijos de la xenófoba Ángela Hernández.
Lo que pasa es que los niños no votan…
Pero influyen en el hogar. Trate usted de quitarle el león a un niño a ver qué pasa. Por eso digo que los niños van a hacer mi principal apoyo. Mi campaña me la van a hacer los niños.
¿Y no le preocupa que la gente lo vea más haciendo payasadas que pedagogía?
Le acepto que son payasadas. Yo solo explico las cosas de una manera que todo el mundo la pueda entender. ¿Conoce la historia de Patch Adams?
Sí, pero ¿eso qué tiene que ver con gobernar?
Gobernar es inspirar a un pueblo y una de las cosas que quiero despertar, es el humor. Yo no quiero gente brava como usted. No quiero gente intelectual, la gente se tiene que esforzar para pensar. Usted solo me trae la preocupación de un círculo que no es ni el 5 por ciento. Vaya y pregúnteles a los campesinos, a los obreros, vaya y pregúnteles. Ellos están felices con lo que estoy haciendo.
Yo lo que veo es a muchos seguidores suyos confundidos, en medio de la incertidumbre.
Esos no son ni el 0,5 por ciento de la población y los estoy formando en la incertidumbre. Mi método es la incertidumbre. Si ellos no son capaces por sus propios medios de salir de ahí, se fregaron. No van a evolucionar.
Me contaron que en uno de los debates usted atacó al rector de la UIS, Hernán Porras. ¿Es cierto?
No lo ataqué, le pedí la renuncia. Es que le entregó la UIS al ‘Alacrán’ (Henry Loaiza) y al ‘Pote’ (Édgar Gómez Román), todos los contratos son de ellos. Voy a darle un dato: las Unidades Tecnológicas de Santander (UTS) tienen la misma población estudiantil de la UIS, pero reciben cinco veces menos presupuesto. ¿Dónde está el presupuesto de la UIS? A ellos cada vez les interesan menos los estudiantes. A mí me interesa es una universidad pública, donde los estudiantes no tengan que pagar matrícula. Si el rector de la UIS no renuncia, me le voy a meter al rancho. Él no me quiso recibir como senador cuando yo le iba a regalar unas patentes, ahora me tendrá que aguantar como presidente del Consejo Superior Estudiantil. Eso aterra a la intelectualidad, a la que usted pertenece.
¿A quién no ha regañado usted en los últimos días?
Es cuestión de pedagogía. ¿O usted cree que Mockus no regañaba al país cuando sacaba la zanahoria? Son mensajes. Antanas tiene su forma de ser, pero yo como soy mimo uso el lenguaje corporal, me expreso a través del cuerpo.
¿Cuándo usted llegue a la Gobernación, cuál va ser su primer acto de Gobierno?
Son tantos… Yo no quiero mandar, quiero ser un instrumento de la voluntad ciudadana. Los que van a mandar son ustedes. Entonces, mi primer acto de gobierno será el que quieran los ciudadanos.
Pero ¿cuál será su prioridad como gobernante?
Usted quiere que le responda como Mauricio Aguilar: “voy a arreglar los hospitales, a pavimentar calles”, etc. Esa letanía me parece jarta. Déjeme ser distinto, Jorge. Lo respeto y admiro a usted, colecciono sus columnas y de ellas saco una que otra frase, así me dé duro. Usted me vio promoviendo el libro de Diego, un caricaturista santandereano que me critica, promoví ese libro sin abrirlo. Es un muchacho que se expresa con independencia. Si me está dando duro no importa, lo que importa es promover la irreverencia. Usted está siendo víctima de la irreverencia mía.
¿Está seguro…?
De una cosa estoy seguro: yo lo entiendo a usted, usted no me entiende a mí.
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