En el marco de las elecciones locales y regionales que se avecinan vale la pena hacer una reflexión y un llamado de atención acerca de la conformación del concejo, uno de los elementos fundamentales de la administración pública local y también una de las instituciones locales más cuestionadas por la ciudadanía.
Los desafíos locales en los próximos años para el gobierno municipal y el concejo son grandes, tal vez una de las coyunturas más complejas a enfrentar desde los administrativo, financiero, fiscal, tributario y ambiental.
Esto se puede apreciar en estos hechos, la compleja transición de municipio a distrito, y su consolidación en el ordenamiento politicoadministrativo local; las dificultades financieras y fiscales marcadas por el manejo del endeudamiento, la caída en los ingresos locales, el estancamiento económico, la caída de la inversión, los problemas del recaudo de impuestos, la no modernización de la refinería, entre otras cosas; los problemas del contaminación de las fuentes hídricas y el aire, la depredación y destrucción de ciénagas y caños, las disposición final de residuos sólidos, la desaparición de la biodiversidad, son algunos de los problemas ecológicos que aquejan el municipio.
Esta realidad local, a lo cual hay que sumarle los problemas sociales producto de la realidad económica actual, como la caída en el ingreso de los hogares, incremento de las necesidades básicas insatisfechas, déficit de vivienda, entre otros. Y aunque algunos de estos problemas son estructurales, la actual coyuntura económica los ha agudizado con consecuencias sobre la población y en detrimento de su calidad de vida.
En este contexto es que se debe plantear el concejo que Barrancabermeja necesita para poder afrontar los retos y problemas que se presentan en el actual momento histórico local. La realidad local requiere de un cuerpo de concejales con características específicas y con objetivos claros, y eso debe ser un elemento fundamental a la hora de apoyar los candidatos a la corporación edilicia.
En términos reales hay más de 300 aspirantes a integrar el concejo y desde ese número es posible señalar que hay perfiles y experiencias suficientes para poder escoger el concejo que se necesita para el desarrollo de Barrancabermeja.
Y en esto es fundamental considerar los siguientes puntos al momento de apoyar los candidatos, es más debe ser un factor que deben aclarar los aspirantes y deber ser un elemento que los ciudadanos deben preguntar y cuestionar a los postulados.
En primer lugar, es necesario un concejo que facilite la gobernabilidad local, lo que significa que tengan una agenda pública de gobierno y no una serie de intereses privados que determine su gestión.
En términos reales el concejo municipal en los últimos gobiernos se ha convertido en un factor de ingobernabilidad no fruto de su labor de control político sino resultado de la persecución de intereses particulares.
Las demoras en el trámite de proyectos de acuerdo o el desconocimiento del plan de desarrollo y las prioridades locales por parte del concejo ocasiona que la administración municipal sea lenta en la resolución de temas claves, lo que conlleva a un desgaste institucional innecesario y a la agudización de los problemas sociales.
En segundo lugar, es indispensable un cuerpo edilicio con conocimiento de lo público y con formación académica plural que permita sumar saberes y experiencias que aporten a la gestión y al control.
Temas claves como la transición a Distrito van a requerir conocimientos específicos en temas administrativos y legales que requieren sino experticia al menos conocimientos básicos y experiencia para que ese proceso y otros más puedan ser tramitados con mayor eficacia desde la corporación.
En tercer lugar, se requiere un concejo menos preocupado en coaliciones y elección de mesas directivas, y más interesados en el desarrollo local.
Para Barrancabermeja no es prioritario ni asunto de interés el tiempo y la energía que gastan año tras año los concejales en la conformación de coaliciones y en la puja por la conformación de mesas directivas, que solo le interesan a los concejales y no a la comunidad.
El municipio necesita que los concejales gasten su tiempo y energía en la aprobación de un plan de desarrollo realizable en sus contenidos y medible en sus metas, que realmente mejore la calidad de vida de la gente, y no que se vean bochornosos espectáculos y luchas por el poder que solo benefician a unos pocos corporados.
En cuarto lugar, se precisa de unos concejales dinámicos y propositivos, que desde sus organizaciones partidistas y su credencial gestionen en beneficio de la comunidad.
El control político es fundamental y necesario, pero también lo es un concejo que asuma su responsabilidad política y social y se dedique a aportarle al desarrollo local.
Se necesitan concejales que reclamen por la ciudad, que en sus partidos busquen que se apalanquen proyectos en beneficio local, o que reclamen ante las autoridades departamentales y nacionales inversión para el municipio, o ante empresas públicas y privadas defiendan los intereses de la comunidad.
En estos términos los que deben guiar la elección y el trabajo del próximo concejo y deben ser referente para los electores.
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