En los últimos años la política, los partidos y en términos generales la democracia en Colombia ha sufrido un duro desgaste y múltiples ataques, que han golpeado duramente su prestigio y credibilidad. En adelante tendremos que hacer un gran esfuerzo para salvar, conservar y rescatar la buena política.
De esta crisis no escapa el Partido Liberal, de ahí parte la necesidad de tener absoluta claridad ideológica, para poder defender nuestras ideas y principios.
El liberalismo colombiano —con sus problemas y realidades— es de los pocos partidos políticos sobrevivientes en el continente donde caudillismos y populismos, tanto de derecha como de izquierda, le han hecho un daño enorme a la política y a la democracia.
El Partido Liberal en Colombia ha sido el más importante de este país en su historia republicana. Por su tradición, sus logros, su identidad con el sentimiento popular y su capacidad para entender la realidad colombiana.
Como liberales nos debemos sentir orgullosos de la historia de nuestros líderes como Rafael Uribe, Alfonso López Pumarejo, Jorge Eliecer Gaitán, Luis Carlos Galán, entre otros.
Soy de los que piensa que el sentimiento liberal hace parte del alma de la mayoría de los colombianos. Sus ideas siempre han hecho parte del pensamiento político colombiano. La historia liberal es la historia de las grandes conquistas sociales del país.
Hoy en día, como alternativa política liberal, tenemos el compromiso de liderar un nuevo país, una nueva región, con nuevos liderazgos.
Debemos mirar hacia adelante, es inminente entrar en la modernidad que demanda nuestros tiempos preservando los avances alcanzados en materia de libertades y derechos individuales que construimos como partido en la Constitución del 91.
Debemos, como liberales, luchar por una educación de calidad, invertir más recursos en tecnología, protección efectiva del medio ambiente y garantizar a todos las oportunidades de crecer como seres humanos con dignidad.
¿Cuál es la visión como sociedad que queremos los liberales?
El gran desafío es convencer a los colombianos que «la sociedad de hoy necesita más liberalismo, más libertades, más educación para utilizar bien esas libertades, más descentralización administrativa, más igualdad ciudadana y regional».
El enorme desafío que tenemos por delante es «el de consolidar un liberalismo, capaz de solucionar los inconvenientes de la gente, de entenderlos y encontrar recursos efectivos y oportunos a esos nuevos desafíos que enfrentamos como sociedad».
Se hace necesario sintonizarse con las necesidades de los sectores abiertos y sociales para —de manera ágil y oportuna— proponer los grandes propósitos de transformación que se necesitan.
— Rescatar la ética pública con la cual acabemos la idea de que «todo se vale».
— Luchar por contener los desbordamientos «autoritarios y mesiánicos».
— Renovar el compromiso con la libertad de cultos y con una sociedad laica moderna, defender las minorías con inteligencia y pasión.
— Luchar por una mayor autonomía territorial para lograr la reconciliación definitiva.
— Seguir en la lucha por obtener la igualdad de oportunidades para todos.
— Convertir a las víctimas de la violencia en personas con igualdad de oportunidades.
— Defender la paz y todos los logros obtenidos en esta materia y jamás renunciar al objetivo único de vivir en paz, con respeto y tolerancia por las diferencias.
El Partido Liberal debe volver a ser el partido de los ciudadanos del común, campesinos, los obreros, los indígenas, las mujeres, la niñez y no el de los llamados ‘caciques’ que desde sus escritorios en Bogotá y las capitales de departamento ordenan y toman decisiones sin tener en cuenta a las bases del partido.
Nuestros proyectos deben trascender en el tiempo y nos deben servir para abrir el camino hacia una nueva etapa donde derrotemos la desigualdad y la exclusión que tanto daño nos causan como sociedad.
Hay que actuar con grandeza, realismo y generosidad. Éste tiene que ser el propósito como liberales, ganarnos nuevamente el amor, la simpatía y sobre todo la credibilidad de la gente para que con un liberalismo moderno y ético podamos ofrecer progreso y bienestar a todos los colombianos.
Debemos estar por encima de las diferencias entre los extremos y convertirnos en herramienta para el bienestar común, manteniéndonos atentos a las nuevas necesidades para buscar soluciones óptimas y oportunas.
Es necesario mantenernos unidos y apostarle a la renovación.
Todos tenemos un gran compromiso con el futuro de este país, así lucharemos en conjunto por estos propósitos.
Importante demostrar que a nuestra sociedad «le hace falta la renovación con ideas liberales».
Eso somos los liberales, esas son nuestras ideas, nuestro pensamiento y nuestra forma de ver las cosas y resolver y afrontar los problemas y las crisis.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
RAUL ANDRES ARDILA, es un habitual columnista de BARRANCABERMEJA VIRTUAL. Puede ser contactado en el correo electrónico: [email protected]
Este artículo también lo puede leer en BVirtual “la nueva forma de escuchar radio” – para instalar la aplicación: Para Androide – dar click aquí
Le puede interesar: Venta de Ecopetrol y masacres laborales preocupación de los trabajadores
Le puede interesar también: Hay que proteger y respetar a la JEP
Le puede interesar también: Los globos de ensayo de Duque
Le puede interesar también: ¿De qué hablamos, cuando hablamos de educación sindical?
Le puede interesar también: Gracias a la vida que me dio la radio
Para leer más noticias de Barrancabermeja y el Magdalena Medio pueden dar click aquí