Por: Hernando Florez Anaya
Existe un gran inconformismo de la población en general sobre la forma en que las empresas en el mundo han venido manejando sus negocios, la gran critica es que solo ganan ellas y sus accionistas, y la sociedad no, son vistos como los grandes generadores de problemas sociales, ambientales y económicos, lo cual viene generando graves problemas de confianza y de credibilidad, esto parece trasladarse a Ecopetrol.
Sin embargo, gran parte del empresariado sigue enfocándose en maximizar el desempeño financiero de corto plazo, e ignorando los verdaderos factores que determinan el éxito a largo plazo.
La creación de valor compartido, que se define como las políticas y prácticas operacionales que aumentan la competitividad de una empresa, mientras simultáneamente mejoran las condiciones de las comunidades donde operan, viene siendo la respuesta planteada para generar una estrategia gana-gana entre las empresas, sus socios y la sociedad en que actúan, sin este círculo vicioso será muy difícil tener empresas y desarrollo socioeconómico sostenible, los negocios deben conectar el éxito empresarial con el progreso social, aumentando los niveles de innovación y el crecimiento sistemático de la productividad en la economía global.
El concepto de valor compartido está centrado en la conexión de progreso económico y social, para impulsar un crecimiento global sostenible, para lograrlo es importante incluir las variables sociales ya que sino estas terminan imponiendo restricciones costosas a las empresas, lo que puede afectar las utilidades de las empresas.
Por eso, es importante entregar valor a los proveedores y trabajadores que componen el negocio, además de examinar los canales de participación junto a la sociedad y realizar inversiones de largo plazo que beneficien a las comunidades como a los accionistas, teniendo en cuenta la preservación del medio ambiente como base del negocio en las décadas venideras, es necesario entender que el futuro de cada empresa está unido al futuro del planeta.
La creación de valor compartido reconoce las necesidades de la sociedad y que el daño hacia la misma puede crear costos significativos para las empresas en materia energética y/o manejo de materias primas. Es por ello que las compañías deben innovar en tecnologías y redefinir la productividad en su cadena de valor y crear nuevas formas y reinvención de productos y mercados para gestionar su negocio. En términos prácticos, se trata de dar una mirada de creación de valor con foco en el crecimiento y desarrollo de clusters donde la empresa se inserta para aumentar sus niveles de productividad, logrando penetrar en una mayor cantidad de mercados y diferenciarse de su competencia.
Ahora bien, la creación de valor compartido no debe entenderse como una redistribución del valor de las compañías, ni obedece a las presiones de grupos de interés o de la sociedad para resolver sus problemas, es una apuesta sinérgica para lograr mayores beneficios conjuntos de las empresas y la sociedad, escalando aún más sus negocios y favoreciendo con ellos a la sociedad.
En este sentido, Ecopetrol quiere ser una empresa de clase mundial, y para serlo requiere que su entorno también gane, permitir un verdadero desarrollo de proveedores sin el canibalismo del menor precio, impulsando el emprendimiento de alto impacto a través de la entrega de materias primas para la industrialización, invirtiendo en sus proveedores, generando confianza y credibilidad en la sociedad y sobre todo, interiorizando políticas de alto nivel como las de la creación de valor compartido, sin eso seguirá siendo doloroso ver los billones de utilidades generadas cada trimestre en contraste con un entorno deprimido y enojado.