Por: Hernando Flórez Anaya.
En la reciente asamblea de Confecámaras, el presidente de la República, doctor Juan Manuel Santos, le dejó 2 grandes tareas a las cámaras de comercio del país: LA PRIMERA: Fortalecer las regiones a través de la alianza entre el gobierno y la red de Cámaras de Comercio y LA SEGUNDA: Ayudar a elegir bien. Sobre el particular el presidente Juan Manuel Santos dijo: «Constituyamos y fortalezcamos una alianza entre el Gobierno y la Red de Cámaras de Comercio para que nos ayuden a definir los proyectos de mayor impacto regional y para que nos ayuden a garantizar y a vigilar la transparencia y la eficacia en el uso de los recursos de las regalías».
Sobre el segundo tema el presidente Santos dijo: «Ayúdennos en sus regiones, en sus jurisdicciones, a generar conciencia entre todos los colombianos sobre la trascendencia del proceso electoral que se realizará el próximo 30 de octubre. Que los electores entiendan que los gobernadores, los alcaldes, los diputados y concejales por los que voten serán los encargados de llevar sus regiones al desarrollo, con los más altos recursos jamás recibidos en su historia, o serán los responsables de que se queden rezagadas».
La decisión está en nosotros. Tenemos que elegir bien, sólo a los más honestos y a los más capaces. Que esa sea la consigna que repitamos cada día para que el proceso electoral que se avecina se convierta también en una palanca para nuestro desarrollo».
Todo lo que dice el presidente Santos es cierto, y es cierto en Bogotá y en cualquiera de las ciudades capitales del país, pero también lo es para Barrancabermeja, las obras que se están realizando o las que se van a realizar requieren para su ejecución, que la institucionalidad esté unida, pero sobre todas las cosas se requiere que haya gobernabilidad, que haya un alcalde que no vaya a terminar destituido o encarcelado en medio de su gobierno.
Para obras como la modernización de la refinería de Ecopetrol, la gran vía Yuma, la ruta del sol, la plataforma logística multimodal, entre otras, sería catastrófico que a mitad de periodo nos quedáramos sin gobernante.
Esa preocupación de, a quién elegir, de ver las hojas de vidas y sus antecedentes así como sus programas de gobierno no debe ser solo una preocupación del presidente de la República, debe ser con más razón, una profunda y prioritaria preocupación de todos y cada uno de los ciudadanos colombianos, y para nuestro caso, de los ciudadanos de Barrancabermeja, pues este trance de pueblo a ciudad requiere de un gobernante que inspire seguridad y la tranquilidad que no va dejar a mitad de camino el barco; la ciudad no puede crecer solo con la inversión privada, se requiere de una gran inversión pública en educación, en salud, en recreación, deportes, en seguridad, pero también de manera urgente en infraestructura para una ciudad más humana, más igualitaria, más equitativa, competitiva y que genere prosperidad.
No estamos ante cualquier momento de la historia de Barrancabermeja, ya hemos dilapidado otras oportunidades como esta, sino elegimos al aspirante que tenga mejor hoja de vida y mejores propuestas, al que no tenga problemas con la justicia, al que represente seguridad y de tranquilidad por su seriedad, responsabilidad y programa, esta será una oportunidad más que pasará sin pena ni gloria, con la diferencia que esta vez estamos todos los barranqueños advertidos de lo que nos podemos seguir atrasando.
Los debates televisivos en los canales locales están sirviendo y están siendo ilustrativos de la personalidad, de los programas y de lo que las personas aspirantes piensan hacer en pro del desarrollo humano de nuestra ciudad, sin embargo, esta no es la única vía para conocer a los candidatos, por el contrario hay que tener cada día más iniciativa como electorado y consultar las hojas de vida, los antecedentes y los programas de gobierno de los candidatos, solo así podremos darle a nuestra ciudad el gobernante que se merece en este momento de su historia, tan fundamental para nuestro desarrollo como ciudad y como territorio de paz y prosperidad.
La decisión está en nosotros: Tenemos que elegir bien… ¡muy bien!