Por: Andrés Miguel Sampayo Navarro.
Fueron 2 días los que Barrancabermeja se quedó sin agua, aunque desde el lunes el chorro de agua era diminuto; por tal motivo podemos decir que el preciado líquido dejó de abastecer a una ciudad de más de 200.000 habitantes, por 2 días y medio. Y que eso pase en una ciudad sitiada de agua por todos sus frentes, como la ciénaga San Silvestre, la ciénaga del Llanito, el río Magdalena y la ciénaga del Opón, es absurdo.
La entidad responsable de este acontecimiento insensato fue Aguas de Barrancabermeja, empresa que se creó a partir de la desaparecida Edasaba y que muchos esperamos, ingenuamente, iba a traernos, por fin, un mejor servicio de agua potable, que solo es posible encontrar en los grifos ubicados en la puerta del 25 agosto o en los lugares que hicieron la inversión del filtro de agua.
Barrancabermeja no debe seguir cargando con ese monumento a la inoperancia. La empresa Aguas de Barrancabermeja nace en el año 2005 y según su historia, publicada en su página de internet, buscó «mantener una Empresa Pública, actuando con responsabilidad en pro del bienestar general.» En lo único que ha cumplido es con lo que es pública, porque bienestar no ha traído y responsabilidad le falta mucho, un ejemplo es el servicio regular que ofrece y los cortes de manera continua.
Nuestra ciudad no puede seguir administrando algo que no sabe cómo hacerlo y que ha demostrado con creces estos 6 años de mal servicio. Es por eso que hago un llamado para que el próximo alcalde piense en vender el 80% de la compañía a una empresa que sepa cómo hacerlo y que no necesite de los recursos públicos locales cada vez que necesite hacer una inversión, como ocurre ahora.
El modelo que sugiero, para que no sea una privatización total, teniendo en cuenta que el agua es un derecho que todos debemos tener, es que el 80% sea vendido a una empresa pública líder en el sector como EPM, empresa 100% pública y que tiene el músculo financiero necesario para hacer las inversiones que Barrancabermeja necesita en infraestructura de aguas.
Un ejemplo del poder financiero que tiene es que para el Grupo EPM, «el año pasado, los activos ascendieron a 30,4 billones de pesos, un 15 por ciento más que en 2009, realizando así inversiones en infraestructura por 1,6 billones de pesos y registrando al final del ejercicio una utilidad neta de 1,4 billones», según se desprende de un informe tomado de la revista Semana.
Con el 80% que ingresarían por la venta de Aguas de Barrancabermeja, la ciudad podría construir un verdadero hospital con capacidad de atender niveles de alta complejidad, construir una mega guardería para los niños y niñas de mujeres y hombres cabeza de familia, construir viviendas de interés social o empezar a implementar el Sistema Integrado de Transporte.
Barrancabermeja merece tener agua potable.
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ANDRES MIGUEL SAMPAYO NAVARRO es un columnista de Barrancabermeja Virtual que se puede localizar en el correo electrónico [email protected] o en su cuenta de Twitter: Twitter@asampayo