Por: Horacio Serpa
Al vicepresidente de la República Angelino Garzón le están cayendo injustamente rayos y centellas por estos días. Los empresarios, algunos medios y sectores conservadores lo están acusando de ser una rueda suelta en el gobierno. No les ha gustado su intervención en tres asuntos puntuales: aumento del salario mínimo, paro camionero y aumento del tiempo para acceder a la jubilación.
El vicepresidente Garzón ha tenido un notable protagonismo mediático por cuenta de su vocación social. Su paso por el mundo sindical lo marcó para siempre como un hombre de ideas y compromisos con la justicia social, la equidad, la búsqueda de la concordia y la reconciliación. Con el respeto y la promoción de los derechos humanos. Y también, como un líder frentero, sincero y directo que llama las cosas por su nombre.
Era claro desde un principio que cuando aceptó ser la fórmula vicepresidencial del Presidente Santos no lo hacía para convertirse en un invitado de piedra en la Casa de Nariño. Para Angelino no hay límites en la lucha por sus ideas y sus valores. Lo suyo no es quedarse mirando los problemas como si estuviera en otro planeta.
Como Constituyente, ministro, embajador, gobernador o líder sindical, Angelino ha jugado en las grandes ligas de la lucha social. Por eso su nombre no genera resistencias en los sectores populares, las ONG de derechos humanos, los partidos de oposición, la Iglesia y los medios alternativos.
Como Vicepresidente ha jugado un papel destacado en los primeros meses de gobierno en la defensa y promoción de los derechos humanos. Uno de los campos que más ha deteriorado la imagen internacional de Colombia y ha impedido la aprobación de importantes tratados comerciales con Europa y Estados Unidos.
Por todo eso no deja de ser lamentable que hayan enfilado baterías contra Angelino, mostrándolo como una rueda suelta o un metiche en asuntos que no son de su competencia. Deberían entender que Angelino actúa para beneficio de todos, inspirado en los más altos valores democráticos.
Convertir al Vicepresidente en blanco de ataques no es una manera correcta de abordar las relaciones con el Ejecutivo. Sin su activa presencia no hubiera sido factible resolver de mejor forma los líos con los camioneros, ni se hubiera superado la barrera de la injusta alza salarial del 3 por ciento. Además, todas sus actuaciones han contado con el apoyo del Presidente Santos.
Quizá Angelino deba bajar su perfil mediático, pues molesta el sello social y reconciliador que le ha impuesto el jefe del Estado a su mandato. Algunos preferirían un vicepresidente ausente de la agenda pública, quizá más preocupado por la farándula diplomática o las reinas de belleza que por el bienestar de la nación.
Angelino está haciendo una llave perfecta con el Presidente Santos. Quienes lo conocemos de tiempo atrás y sabemos de su valor, lo apoyamos en su lucha por la justicia social. Y lo respaldamos en su cruzada de ser un Angelino de la paz.
Bucaramanga, 23 de Febrero, 2011