Colombia: Volcán de odios viscerales
El mundo no perece por los bandidos y los incendios, sino por el odio, la hostilidad, y todas estas pequeñas rencillas. Anton Pavlovich Chekhov
Por : Lorena Rubiano Fajardo
Es notorio y preocupante que los colombianos estemos cambiando nuestros valores y nuestras sanas costumbres por el odio, por la venganza, por la intolerancia y por el irrespeto. Pareciera que el odio nos fluye por las venas como una droga que nos impide ver la vida con amor y nos lleva por el despeñadero de la autodestrucción.
Y lo más grave es que la ausencia de esos valores nos está llevando al aumento de la violencia y lo que más preocupa es que ya no solo peleamos con el vecino, sino que lo estamos haciendo al interior de nuestra propia familia .Veamos estas cifras de Bogotá : Violencia de pareja: pasó de 16.759 casos en 2008 a 17.368 en 2009 ,maltrato Infantil: en 2008 hubo 3.183 casos y en 2009 pasó a 3.559,violencia entre otros familiares: se presentaron 4.220 casos en 2008, frente a 4.299 casos en 2009.En la capital en lo corrido de este año, ya se presentan 9.942 casos de violencia intrafamiliar.
Eso nos indica que estamos transitando por una vía errónea en materia de convivencia, de tolerancia y de equidad. Y eso es muy peligroso.
En la reciente campaña electoral, fuimos testigos de que muy pocos invitaban a apoyar unas tesis o un programa, la mayoría destruían al oponente, buscaban acabarlo y crear un resentimiento de la gente contra ese candidato, tratando de despertar un sentimiento de odio y para que no votaran por él. Mejor dicho en otras palabras los colombianos votamos contra y no en favor de alguien.
Nos corresponde a los jóvenes impedir que en nuestros corazones se albergue el odio, porque para nosotros es más fácil perdonar que odiar, amar que odiar.
Como decía Martin Luther King: Nada que un hombre haga lo envilece más que el permitirse caer tan bajo como para odiar a alguien.
No queremos más reinas quemadas con ácidos, ni más jueces ejerciendo justicia con odio, ni más asesinatos hasta por una discusión, ni más ataques personales. Hagamos un alto en el camino.
Y por ese odio no nos importa pasar por encima de los derechos, de los valores, de los niños, con el fin de hacerle daño al otro. Pareciera que en nuestros corazones morara un ogro. Y por eso es perfecta otra definición popular del odio “El odio es un veneno que tú te tomas, esperando que el otro se muera”.
Si cada uno aportamos un granito de paz, de tolerancia, de bondad y amistad lograremos vivir en un país en el que el amor, la solidaridad, la hermandad dominen los corazones de todos los Colombianos.
Digamos un ¡Basta Ya! Porque el odio es un sentimiento que excluye la sana emulación, la confrontación de ideas y solo trae más odio, más violencia, ya que es la forma extrema de la lucha, es un combate muerto, es tierra arrasada y solo deja desolación y tristeza.
Hoy envió este mensaje a todos mis lectores: Espero que respeten mi posición, como yo respetaré la de cada uno y solo enviare mensajes que lleven amor, comprensión y tolerancia.