El capitalismo criollo, parece tener una relación contradictoria con el Estado. Por un lado, los gremios empresariales claman por subsidios y ayudas públicas, pero por otro, se oponen a las reformas fiscales que buscan aumentar los ingresos del Estado a través de impuestos.
Esta dualidad puede parecer ilógica, pero tiene sus raíces en intereses económicos y políticos.
Durante el gobierno de Iván Duque, se implementaron políticas que aumentaron la deuda pública, pero estas medidas no generaron la misma oposición por parte de los gremios empresariales que las propuestas de reforma fiscal del gobierno de Gustavo Petro.
Esto puede deberse a que las políticas de endeudamiento no afectan directamente los beneficios económicos de los gremios, mientras que las reformas fiscales sí lo hacen.
No hay gremio que no diga que faltan dineros públicos, parece que el capitalismo viviera del estado; pero no hay ni uno que haya apoyado la ley de financiamiento o haya protestado cuando Duque sobrendeudó al estado.
— Gustavo Petro (@petrogustavo) January 14, 2025
¿Y entonces? ¿Cuál es la lógica mental que tienen? Quisieran que… https://t.co/7fV7kRpNJz
La lógica detrás de esta postura puede estar en la defensa de los intereses económicos de los gremios.
Al oponerse a las reformas fiscales, buscan proteger sus ganancias y evitar una mayor carga impositiva. Sin embargo, esta postura también puede ser vista como una falta de solidaridad con los sectores más vulnerables de la sociedad, que son los que más sufren las consecuencias de la crisis fiscal.
El gobierno de Gustavo Petro ha propuesto una serie de reformas fiscales con el objetivo de aumentar los ingresos del Estado y reducir la desigualdad.
Estas reformas buscan que quienes más tienen, más contribuyan, y que los recursos se distribuyan de manera más equitativa. Sin embargo, estas propuestas han encontrado una fuerte oposición por parte de los gremios empresariales, que argumentan que estas medidas pueden afectar negativamente la economía y la inversión.
Es importante destacar que la relación entre el Estado y el sector privado es compleja y multifacética.
Los gremios empresariales juegan un papel importante en la economía, generando empleo y contribuyendo al crecimiento económico. Sin embargo, también es necesario que contribuyan de manera justa al financiamiento del Estado y al bienestar de la sociedad en su conjunto.
La lógica detrás de la postura de los gremios empresariales puede estar en la defensa de sus intereses económicos, pero también es necesario que haya un equilibrio entre estos intereses y la necesidad de financiar el Estado y reducir la desigualdad.
El desafío para el gobierno de Gustavo Petro será encontrar este equilibrio y lograr que todos los sectores contribuyan de manera justa al bienestar de la sociedad.
