Inicio Invitados ¡Que brillen de nuevo las luciérnagas! – Por Augusto Cubides C.

¡Que brillen de nuevo las luciérnagas! – Por Augusto Cubides C.

Atrás, entre el público presente y en medio del sopor, una señora mayor con algo de dificultad logra ponerse de pie y sin pensarlo lanza una proclama que deja perplejos a quienes la escuchan: “¡presidente, perdonar sí, pero olvidar, no!”.

¡Que brillen de nuevo las luciérnagas! - Por Augusto Cubides C

Por los altavoces del FAC 001, el avión presidencial, anuncian que hemos aterrizado en el aeropuerto Yariguies de Barrancabermeja. El reloj marca la 1:35 minutos de la tarde. 

El calor es sofocante. El Presidente Petro llega a ese puerto petrolero a entregar 4.574 hectáreas de tierra que fueron despojadas a campesinos, en el Magdalena Medio, por paramilitares al mando de alias Macaco, Tomate y Botalón, y hoy se les devuelven a sus verdaderos propietarios. 

Luisa Fernanda Montaño es una de las lideresas de la región que espera con ansias la llegada del primer mandatario. Sufrió en carne propia no solo el despojo de su parcela, sino que en medio de las intimidaciones y amenazas, desaparecieron a su compañero sentimental. Lo asesinaron.  

“Ya no estamos solos, porque estamos con el único presidente que por fin nos escucha; el único que ha venido acá. 

Nosotros no aparecíamos en nada”, dijo con su voz de madre, ante una multitud que, pese a la hora y el calor insoportable, llenaban el coliseo.

Como Luisa Fernanda fueron varios los líderes y sobrevivientes del terror paramilitar que tuvieron el coraje de hablar ante el presidente y los muchos funcionarios públicos presentes. 

Pasaron al micrófono uno tras otros, contaron sus vivencias y agradecieron el trabajo del Gobierno, a través de las entidades que les devolvieron, no solo sus tierras, sino también la fe y la esperanza en un futuro mejor: la Agencia Nacional de Tierras (ANT), la Sociedad de Activos Especiales (SAE) y la Unidad para las Víctimas.

A pesar de que el comandante de la Policía en la región les ha prestado protección y ayuda a las entidades para adelantar los procesos de restauración y recuperación de predios, no faltaron reclamos de algunos líderes de la región porque, según ellos, aún existen uniformados que cohabitan con la ilegalidad.

“Presidente, ponga los ojos en la Policía de Puerto Salgar y La Dorada”, advirtieron. 

Son muchos los testimonios del desconocimiento de las sentencias judiciales y que a pesar de que les han devuelto sus predios, testaferros de los victimarios siguen viviendo y disfrutando de las parcelas

Y más grave aún, la propia directora de la oficina de Unidad de Víctimas, Gloria Cuartas, denunció frente al Presidente que funcionarios, incluso de este Gobierno, desconociendo fallos judiciales, han ocupado predios de manera ilícita. 

De ello también se han aprovechado clanes políticos y ex congresistas a través de esos testaferros.  

La SAE ha identificado más de 102 mil hectáreas de terrenos presuntamente baldíos y los ha puesto a disposición de la Agencia Nacional de Tierras, para que verifique y certifique, y los ponga al servicio de las víctimas de la violencia en la región y del resto del país. 

El evento avanza. A pesar del sopor nadie se mueve del coliseo de Barrancabermeja, considerada la capital obrera y de la resistencia en Colombia

Entre la multitud hay representantes y delegaciones de más de 40 municipios del Magdalena Medio. Hay tiempo para rememorar las luchas pasadas y presentes de organizaciones como la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra, la Organización Femenina Popular (OFP) y, por supuesto, la Unión Sindical Obrera (USO), a favor de los trabajadores petroleros.

No hay una sola de esas organizaciones y del movimiento social de la región que no haya sufrido los vejámenes y el terror impartido por paramilitares, guerrillas y el propio Estado. 

Su ejemplo de lucha no ha sido en vano

Hoy sus hijos, los nuevos liderazgos, retoman esas banderas con coraje, de pie, cuidando su territorio, y lo más importante: la memoria. 

El presidente Petro evoca en su intervención la importancia de retornar los ojos al campo. “No hay luces en los campos porque nadie vive allí. La tierra fue tomada por narcos y testaferros”, sentencia. 

Un ejemplo de ese estado de cosas es la Hacienda Nápoles, ícono de la exuberancia y de las excentricidades del extinto capo Pablo Escobar. Famosa, también, por ser escenario de incalculables actos ilícitos que llenaron de millones de dólares los bolsillos del narcotráfico, pero dejaron vergüenza y sufrimiento a un pueblo decente y trabajador. 

El presidente fue más allá: le solicitó al director de la Agencia Nacional de Tierras recuperar ese predio para que regrese “a manos del campesinado” al considerarlo “de utilidad pública”.  

Tiene tantos muertos, aseguró el mandatario, que debe ser “devuelta al pueblo”.

Petro anhela que vuelvan a alumbrar las luciérnagas en las noches frescas del Magdalena Medio. Sueña que esos kilómetros interminables de tierras fértiles, pero inhabitadas, pronto, más pronto de lo que quisiera, puedan ser ocupadas y trabajadas por el labrador, por el campesino. 

La tierra para quien la trabaja, como alguna vez señalara Emiliano Zapata, líder militar y campesino de la revolución mexicana.  

Esa larga y oscura noche de terror es la que los colombianos queremos dejar atrás. La seguridad en Colombia, lo dijo con claridad el Presidente, es precisamente que haya justicia para el campesinado.

 
Atrás, entre el público presente y en medio del sopor, una señora mayor con algo de dificultad logra ponerse de pie y sin pensarlo lanza una proclama que deja perplejos a quienes la escuchan: “¡presidente, perdonar sí, pero olvidar, no!”.


Para leer más noticias de Barrancabermeja y el Magdalena Medio pueden dar click aquí

Comments

comments