La propuesta de la creación del Departamento del Magdalena Medio es una idea latente que no ha logrado materializarse por falta de voluntad política y de interés social.
En términos reales no hay una población que se sienta realmente como una comunidad, que compartan unas costumbres, tradiciones o historia, lo que genera que no exista cohesión o un propósito común.
Además, tampoco hay un grupo humano que le interese constituirse como gobierno autónomo e independiente, capaz de avanzar en un proyecto territorial común y lograr objetivos compartidos.
El magdalena medio ha sido concebido como un territorio donde convergen varios municipios de varios departamentos bajo el eje de rio Magdalena, que es la principal vía de comunicación y referente que permite concebir la región.
Pero este espacio está constituido por poblaciones bastante disimiles, conformadas por comunidades ribereñas y campesinas con orígenes culturales distintos, en un espacio con escasas vías de comunicación terrestre lo que no ha facilitado su movilidad e integración.
El magdalena medio es en sí mismo una región difusa, no hay claridad en su conformación y sus límites, y los que se conocen han sido construidos artificial y arbitrariamente por entidades públicas y privadas.
La fragmentación territorial facilita que la propuesta del departamento no logre tener una base social con una idea de comunidad, con una cultura compartida y la posibilidad de construir un espacio común.
De la misma forma, no hay liderazgos políticos que tengan un verdadero interés en materializar esta idea.
Hasta el momento no se ha presentado algún proyecto al respecto ante el congreso, ni tampoco se ha realizado un proceso participativo de vinculación a un proyecto de estas característicasimpulsado por algún partido u organización política.
En la agenda política de partidos, movimientos, comunidades y organizaciones no aparece esta idea, no se ha posicionado como un tema de interés político, y los liderazgos locales no muestran interés.
Además, no hay liderazgos regionales que se ubiquen por encima de las dinámicas políticas de las localidades para generar visiones más amplias, y que podrían impulsar esta idea.
En este sentido, no hay funcionarios electos que estén apoyando esta propuesta, y lo que se logra percibir es una gran apatía al respecto.
Para que se logre materializar el departamento del Magdalena Medio se requiere una comunidad que impulse el proyecto convencida de la propuesta, para que sea un proceso promovido desde abajo y que realmente se pueda construir territorio.
Cualquier proceso impulsado desde arriba, resultara artificial y sin arraigo en la comunidad.
Sin embargo se necesita que partidos políticos y organizaciones sociales y gremiales apoyen el análisis y la reflexión social sobre esta idea, que se desarrollen espacios participativos sobre esta propuesta con los pobladores del territorio.
Pero en las actuales condiciones, sin convencimiento social y sin interés político, con una población preocupada por otros temas y los líderes políticos con propósitos particulares, no hay un clima propicio para que esta idea pueda crecer, consolidarse y dar resultado.
En un contexto así hablar de que la región del magdalena medio se convierta en el departamento del Magdalena Medio es solo una buena idea.
