Es evidente que Carolina Corcho se ha convertido en un dolor de cabeza para las EPS, al punto de que estoy por creer que han contratado (con quien sabe qué recursos) una legión de bodegueros con libreto para atacar a quien se asome a criticar el sistema de EPS
Lo primero que debo decir es que nunca he estado a favor del sistema de «aseguramiento» en salud que tenemos en Colombia.
Por lo menos, desde el 2003, cuando empecé a estudiarlo, fue claro para mí que es un sistema nefasto, de muerte, que confunde a la opinión pública mostrando cifras de carnetización, mientras deja morir a los colombianos y colombianas a punta de diferentes barreras de acceso efectivo al servicio de salud.
Paseos de la muerte y la tutelitis
Mi primer trabajo fue en CONVIDA EPS-S y no olvido llamar felizmente a un paciente para informarle que, tras haber ganado una tutela, la autorización de un servicio ya estaba lista; para que luego su familia me hiciera saber que su ser amado ya había fallecido.
Esta historia se repetía en la EPS donde trabajaba y en el resto de las EPS que conforman el sistema.
Los paseos de la muerte y la tutelitis a la que nos vemos obligados los ciudadanos de a pie son la otra cara de los escándalos como: la construcción de hoteles y campos de golf, la financiación de equipos de fútbol y paramilitares con el dinero que debía ser destinado a cubrir la salud de las personas.
En el mejor de los casos, ese dinero se invertía en generar IPS que, o son propiedad de EPS o, por lo menos tienen vasos comunicantes con ellas. Es decir, una EPS crea, por ejemplo, el laboratorio (o centro de ayudas diagnósticas) para atender a sus afiliados.
El negocio del Yo con Yo
Luego, la EPS le paga a su IPS por esos servicios. El negocio del yo con yo – creo que así lo ilustró en su momento un Senador. ¿Quién controla los valores cobrados y pagados?
Llegamos a tener EPS que tienen casi que una posición dominante en el mercado de las IPS y, para los particulares, no es negocio entrar a competir contra esas IPS.
Hay algo perverso: con el dinero para pagar medicamentos, IPS y hospitales públicos, estas EPS se dedicaron a construir, equipar y poner a funcionar sus propias IPS.
Para varias EPS el negocio es la creación de las IPS, ahí dedican sus esfuerzos porque de esas IPS sale su lucro.
Lo anterior con una agravante: no hay un sistema por medio del cual el público, la ciudadanía, pueda hacer seguimiento de cómo se gastan el dinero de la salud.
Así, por ejemplo, si yo soy dueño de una EPS construyo y equipo una clínica (IPS) pues luego, evidentemente, ese dinero que «invertí» en la clínica me va a hacer falta para cubrir las necesidades de mis afiliados. Eso se llama costo de oportunidad.
Entonces mis compas, el sistema estaba podrido antes de que llegara Gustavo Petro
Que no me vengan con el cuento de que las EPS son dolientes de los pacientes en medio de esta crisis; crisis que ahora la presentan como de desfinanciación, pero siempre ha sido una crisis humanitaria:
Niegan servicios y generan barreras para garantizarse el lucro, lo cual ha costado vidas de personas, que los medios de comunicación nos traducen en cifras, así es más fácil digerir la crisis.
¿Qué está pasando con la UPC?
Pero me atrevo a jugarles en su cancha, hablemos del tal desfinanciamiento del sistema causado supuestamente por Gustavo Petro y todo el tema de la UPC.
Empecemos por lo que ha nos ha explicado Carolina Corcho hasta la saciedad: la UPC es la cantidad de dinero que las EPS reciben por cada afiliado. Hasta ahí, no hay pierde.
Lo que viene requiere de concentración. ¿Quién calcula y cómo se calcula la UPC? La calcula el Ministerio de Salud y no es “a vuelo de pájaro” partiendo de la inflación. Compas NO, eso no es así.
Eso se hace por medio de un estudio de suficiencia UPC. Eso que suena tan rimbombante es, ni más ni menos, que la herramienta técnica para hacer un cálculo juicioso de cuánto se les debe dar a las EPS para que nos garanticen todos los bienes y servicios del Plan Básico de Salud (PBS antes POS).
¿Estamos? Ahora, para hacer el Estudio de Suficiencia, el Ministerio debe tener una información que sólo puede ser suministrada por las EPS.
Por ejemplo: edades de sus afiliados, lugares donde residen sus afiliados, cuándo se ha necesitado prestar un servicio, cuándo se pagó por el servicio prestado, cuánto le está costando a la EPS cubrir ese servicio, frecuencia con la que las diferentes poblaciones están solicitando servicios, etc.
Como ven, eso no es soplando vidrio.
Ahora, la información que se usa para, por ejemplo, calcular la UPC del 2025 no es – repito – no es la información del 2024, pues es tanta la información que genera el sistema en un año que en el 2024 apenas se está procesando la información del 2023 y, por lo tanto, la información que se le pide a las EPS es aquella del 2023.
¿Estamos? Pese a lo anterior, para garantizar la cobertura financiera, a los datos se le aplican métodos actuariales.
¿Qué es eso de métodos actuariales?
Se trata de una serie de métodos estadísticos y matemáticos que se usan en el mercado asegurador, para establecer el costo futuro de cubrir riesgos y eso, a su vez, sirve para saber cuánto cobrar por la prima, en el sistema de salud colombiano, no es otra cosa que la dichosa UPC.
En conclusión, en principio, la UPC del 2025 depende de la información generada en el 2023 y reportada en el 2024 por las EPS.
¿Quién generó la actual crisis?
Habiendo dicho toda esta carreta, lo cierto es que: si se identificó una crisis financiera del sistema en el 2022, la misma no fue causada en el 2022 sino en el 2020, en ese año Gustavo Petro no estaba de presidente.
La UPC del 2022 fue calculada por el gobierno de Iván Duque. En el 2023 y 2024 el gobierno de Gustavo Petro realizó estudio de suficiencia upc y se subió acorde: 16,23% en 2023 y 12,01% en 2024, pese a que el estudio ese año recomendaba el 8,97%
Es decir, en medio de la «crisis por desfinanciación del sistema de salud» y la inflación de entonces, el gobierno de Gustavo Petro subió el UPC en 2024 por encima de la recomendación del estudio de suficiencia UPC. Así que se le cae la mentira a la señorita meliendras, activista defensora de las EPS .
En cuanto a lo que está pasando este año, ¿cómo se supone que el Ministerio va a realizar un estudio de suficiencia UPC si la mayor parte de las EPS no han pasado información de calidad y confiabilidad? ¿les subimos el porcentaje que exigen porque sí? .
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Cata Daniels es una abogada especialista en derecho de lo contencioso administrativo del Externado de Colombia, Magíster en Derecho que puede ser ubica en X como @CataOpinando
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