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Los mejores parceros colombianos de Israel – Por: Esperancita Uribe

Si algo distingue a los gobiernos de Israel es que nunca le niegan un favor a cualquier gobernante o político influyente de un país aliado. Es más, los consienten y cultivan su fidelidad con armas sofisticadas y asistencia militar que sirvan a los intereses de sus amigos y sus partidos. 

Los israelíes saben aprovechar las debilidades de sus amigos y socios: sed de poder, de sangre y de venganza, de aprobación y de gloria.

Dos políticos y ex mandatarios latinoamericanos que son apreciados como los mejores parceros colombianos del pueblo Hebreo por los gobiernos de Israel y la influyente comunidad judía en Colombia y Norteamérica, son precisamente Álvaro Uribe Vélez y su pupilo Iván Duque Márquez, ambos con padres antioqueños de pura cepa. 

El primero con sonsonete más arrastrado y el segundo un poco más corto y grave.

Los antioqueños más regionalistas son conocidos por su necesidad permanente de ser reconocidos como una raza superior (a mí no metan en ese cuento) y, como en el siglo XVI hubo una comunidad hebrea que se asentó en las selvas de la entonces Provincia de Antioquia en lo que hoy es el oriente antioqueño, a Álvaro Uribe Vélez le dio por creerse el Mesías, el elegido de Dios para dirigir por saecula saeculorum los destinos de Colombia y Latinoamérica.

Esta comunidad hebrea, en su gran mayoría, terminó convirtiéndose al catolicismo en un país donde la iglesia católica solía disfrutar del banquete del poder. Pero esta conversión que más que un acto de verdadera fe fue forzada por las condiciones de la época, también trajo víctimas: los cerdos.  

Los judíos conversos antioqueños, para demostrar que se habían convertido al catolicismo, se volvieron adictos a comer carne de cerdo y por eso, también en Europa, los llamaban «marranos«. 

Quizás porque esta carne terminó acompañando al pan de cada día de los antioqueños, que es la arepa, es que Uribe se terminó decantando por un marrano en los banquetes de las convenciones del CD (Centro Democrático).

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¡Ay Dios! Y con esa herencia histórica, a mediados de los 80, Uribe Vélez como buen culebrero y por aquello de que la sangre llama, llamó, casi que con gritos autoritarios a Yair Klein, el mercenario israelí para que emprendiera en Antioquia y Colombia un proyecto de escuela, aprovechando el interés y apoyo financiero de ganaderos, empresarios y políticos en formar ejércitos de colombianos en seguridad democràtica.

Y así fue como el paisa Uribe, que siempre ha sido un excelente negociante, elaboró todo un plan de negocios para que Colombia, al recibir de Israel transferencia de tecnología militar y de espionaje, se convirtiera en la mejor vitrina de la industria militar de defensa y espionaje de Israel facilitando que ampliará su base de clientes y países aliados en Latinoamérica.

Uribe prácticamente se convirtió en el mejor representante de ventas de tecnología militar de Israel en este lado del mundo y también en el eterno embajador de la política de supremacía y de despojo de la tierras de los palestinos por debajo de los EEUU.

Fue tan exitoso el negocio para los israelitas que Colombia, entre el 2002 y el 2017, se convirtió en el sexto mercado más grande de armas israelíes, según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo. 

Pero con el Acuerdo de Paz entre Colombia y las FARC en el gobierno de Juan Manuel Santos, hizo que las compras colombianas de armas y tecnología israelí se desplomaran.

En 2018 se dan las elecciones de para relevar en el poder a Juan Manuel Santos. 

El pupilo y candidato para la presidencia de Colombia, Iván Duque Márquez, prometió reconocer a Jerusalén como la capital de Israel, de reversar la decisión del gobierno de Santos de reconocer a Palestina como Estado y promete hacer trizas la Paz en Colombia.

Duque era para Israel el candidato que debía llegar a ocupar la Presidencia en Colombia. Ya conocían de su servidumbre a Uribe porque en la Comisión Palmer que investigó el incidente de la Flotilla Humanitaria Pro-Gaza MS Mavi Marmara que ocurrió en marzo de 2010 y que dejó 10 muertos y decenas de heridos, Duque fue el asistente  de Álvaro Uribe Vélez en la traducción del inglés al español y viceversa, entre 2010 y 2011. 

El voto del ex presidente Uribe fue decisivo para que la comisión concluyera que el bloqueo de Gaza era legal.

Lo que nunca sabremos es si el apoyo de Israel a la campaña Duque fue solo espiritual, económico, apoyado en tecnología de espionaje o todos ellos, y menos a cuánto ascendió. 

De la donación a la campaña de Duque que sí tenemos certeza, al menos sobre el papel, fueron los COL $39 MIllones del millonario miembro de la comunidad Judía en Colombia, y dueño de la revista Semana, Gabriel Gilinski, declarado Uribista Trumpista.

En contraste, la aprehensión del gobierno de Israel con el candidato de la Colombia Humana Gustavo Petro, era de conocimiento nacional en el país hebreo por su postura siempre en favor de devolverles las tierras expropiadas a los campesinos más pobres; su posición crítica con las acciones de Israel en Gaza; el traslado de la embajada de Estados Unidos a Jerusalén, su promesa de eliminar gradualmente la necesidad de petróleo y carbón, y la simpatía que siempre tuvo hacia el fallecido ex presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

El ganador de las elecciones fue Iván Duque. 

Su gobierno se centró en destruir la Paz, en derrocar a Nicolás Maduro, el Presidente del vecino país; también retomó el ritmo de compra de armas, aeronaves de guerra y tecnología de interceptaciones producidas en Israel. 

Los Gilinski, contaron con el apoyo de las instituciones de control y supervisión de la bolsa y a nivel comercial e industrial cuyos nuevos directores fueron designados por Iván Duque

Su camino para emprender la toma hostil de Nutresa estuvo despejado y siempre pudo anticiparse a cualquier movimiento defensivo de la contraparte, el GEA.

La revista Semana, propiedad de Gabriel Gilinski, con sus publicaciones contribuyó a poner la opinión pública nacional a favor de la familia Gilinski y en contra del GEA

La revista se constituyó en el escudo de la imagen de Iván Duque, de la derecha y en la plataforma de lanzamiento de candidatos a ocupar cargos de elección pública.


Todos ganaron: los parceros, los Gilinski e Israel. Los perdedores fueron Petro, el GEA, la economía de Venezuela y la Paz.


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