Escuchar al senador Gustavo Moreno es un claro ejercicio de banalidad y ligereza al abordar asuntos de interés público.
Exigir resultados al gobierno nacional en su primer año y medio de gobierno, con apenas un año de contar con el Plan de Desarrollo – como si estuviera terminado el mandato – es una muestra de ligereza que no se justifica con el cargo que ostenta: senador de la república.
Un congresista debe tener no solo capacidades electorales sino conocimiento y capacidad de análisis de la coyuntura y del futuro del país.
Ignorar que el gobierno del presidente Gustavo Petro ha cambiado las formas de ejercer el poder y ha modificado el fondo de cómo se hacen las cosas desde el Estado es una muestra de «ceguera» propia de la ignorancia o de un cálculo electoral perversamente intencionado.
No está claro por qué el senador señala de «peligro» a un Milei en Colombia, sino dijo nada frente al peligro que en su momento representó Rodolfo Hernández y que el senador apoyó para la presidencia de la república junto con su socio Horacio Jose Serpa, pese a que sabían que Rodolfo estaba involucrado en el escándalo de Vitalogic.
El senador Gustavo Moreno se parece a esa camada de personas incoherentes que un día dicen una cosa y otro día dicen otra cosa totalmente diferente.
Pero las salidas en falso del senador Gustavo Moreno no paran ahí.
En el tema petrolero su aproximación es bastante banal y superficial, pues cabe recordar que en las negociaciones entre los Estados Unidos y Venezuela para levantar sanciones económicas a cambio de garantías políticas en el vecino país, lo primero que hizo Estados Unidos fue buscar hacer convenios de negocios con PDVSA, el negocio del petróleo es muy atractivo para todos.
Todos sabemos que a raíz de la guerra entre Rusia y Ucrania, Europa dejó de recibir petróleo y gas ruso y que para Europa es fundamental hoy el crudo y el gas venezolano, un país que tiene reservas probadas para casi 100 años.
La incapacidad del senador Gustavo Moreno de ver la fortaleza de traer crudo venezolano y refinarlo en Colombia, por ejemplo en la Refinería de Barrancabermeja, es un negocio atractivo en el marco de los actuales precios nacionales e internacionales del petróleo y de la gasolina.
Un acuerdo para explorar y explotar crudos livianos es un negocio que podría representar ganancias para Ecopetrol y el país.
La superficialidad del senador Gustavo Moreno, que critica los altos precios de la energía pero no es capaz de ver más allá en negocios petroleros es parte de su incapacidad de juicio.
Con este tipo de intervenciones del senador Gustavo Moreno queda claro que flaco servicio le va a prestar al alcalde electo Jonathan Vázquez en sus acercamientos con los altos poderes del gobierno nacional, porque en lugar de acercar lo que va es a alejar a Jonathan del presidente Gustavo Petro.
Las comparaciones son odiosas pero a veces dicen mucho.
Hace un tiempo había un senador de apellido Macias y otro apellido Mejía, que en cada intervención salían con alguna ligereza que rayaba en la estupidez.
Macias y Mejía quedaron marcados como unos perfectos idiotas, no vaya a suceder lo mismo con el senador barranqueño, Gustavo Moreno, que no sabe dónde está parado y pareciera que recibe formación ideológica y política de Polo Polo.
¡Qué vergüenza !
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