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Respuesta clara, educativa y prudente a la imprudente carta de MJD al presidente Petro – Por: Ricardo Argaca

En cualquier caso, al cuestionarnos si algo le sucede al presidente lo primero es relacionar el incumplimiento con respecto a las responsabilidades adquiridas y no con respecto a enfermedades imaginarias o especulaciones sin ningún tipo de soporte.

En psiquiatría a grandes rasgos tenemos trastornos adictivos relacionados con el consumo de sustancias (TCS) y trastornos adictivos no relacionados al consumo de sustancias.

En la columna MJD no especifica a qué cosa o qué sustancia es adicto el presidente. 

Lo pongo en ese término porque ella comienza cuestionando y luego lo invita a tratarse, es decir, lo asume con seguridad basada en su fuente que el presidente es un adicto.

La palabra adicto sigue vigente y cada vez más en desuso, ya que ha adquirido una connotación distintiva, indecorosa y peyorativa que ignora el concepto de abuso de sustancias como trastorno en salud mental, y fomenta ver a un ser humano con un padecimiento igual a un criminal.

Se tiende a confundir un problema relacionado con el consumo con una adicción, son cosas diferentes. El informe mundial sobre drogas del 2014 mostró que el 5% de la población mundial entre 15-64 años consume alguna droga ilícita, y solo 0.6% tiene problemas con el consumo.

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Tener un problema con el consumo no es igual a tener un trastorno adictivo asociado al consumo, tampoco es lo más común que al consumir una droga se desarrolle adicción, de ser así el mundo entero tendría que ser adicto al alcohol y sabemos que esto no ocurre de forma frecuente.

La evidencia sugiere fuertemente que muy a pesar de que todas las personas están expuestas a consumir alguna droga legal o ilegal solo un pequeño porcentaje es vulnerable a la dependencia por estas sustancias (4-8%) algo bastante bien explicado por la genética – ambiente.

Conducta y consumo, ¿qué sabemos?

La OMS define adicción o dependencia a sustancias de abuso como una enfermedad cerebral que provoca la búsqueda y uso compulsivo de la droga, a pesar de las consecuencias adversas que esta provoque. 

El Dr Brusco da una definición más generosa:

La adicción es el consumo continuo de drogas o fármacos cuya dosis debe ser aumentada progresivamente para lograr el mismo efecto (tolerancia) y cuya privación genera malestar, aún con riesgo de vida (abstinencia debido a dependencia física) acompañándose de un irresistible

impulso por volver a consumirlas (dependencia física). En algunos casos la dependencia física es mínima y el consumo se sostiene por dependencia psíquica, a esto último le llamamos habitación.

No es verdad que todo lo que hace un adicto esté definido por su adicción, lo que sí es verdad es que muchos de los comportamientos que presenta alguien que padece un TCS son predecibles en relación con la búsqueda y necesidad irresistible de consumo de dicha sustancia/as.

En el año 1954 James Olds y Peter Milner descubrieron que el placer se produce porque tenemos un sistema cerebral que nos permite experimentarlo, demostraron que la conducta está impulsada por el placer y cuando dicha conducta nos da placer hay tendencia a repetirla.

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En su experimento implantaron electrodos en ratas en una zona del cerebro que hoy conocemos como sistema de motivación y recompensa. 

Las ratas podían oprimir una palanca que activaba un interruptor que hacía que se auto estimularan por medio del electrodo generando placer.

Las ratas llegaron a oprimir la palanca hasta 2000 veces en una hora, y dejaron de sentir interés por otros estímulos como la comida, el sexo o el agua, incluso atravesaron superficies electrificadas que les generaban dolor con tal de poder oprimir la palanca y sentir placer.

A pesar de que podemos ver a algunas personas con un TCS repetir la conducta de las ratas en el experimento de Olds y Milner, debo decir que los humanos somos muchísimo más complejos que una rata que no tiene responsabilidades, somos más que placer, comida, sexo y agua, etcétera.

Los humanos somos tan complejos que podemos repetir una conducta que no nos da placer, permanecer por diferentes motivos y por largo tiempo en un lugar donde no experimentamos ni placer ni instantes de felicidad, ni momentos memorables (ej un mal matrimonio) así de complejos somos.

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Las recientes formulaciones psicodinámicas relacionan el consumo de sustancias como un reflejo de un trastorno funcional del yo (es decir,  la incapacidad de afrontar la realidad). Como una forma de automedicarse, algunos usan el alcohol para la angustia

Otros podrían consumir opiáceos para reducir la ira y consumir anfetaminas para aliviar la depresión, etc. 

Hay más datos interesantes sobre aprendizaje y condicionamiento, sobre consumo y personalidad y estudios en ratas, pero por hoy vamos a dejar la neurobiología hasta aquí.

Con la información que brinda MJD es imposible establecer si el presidente presenta algún TCS, más allá de eso, si lo tuviera tampoco le impide desempeñarse en su cargo, no le resta responsabilidad ni peso en sus acciones, ni decisiones.

Más allá de las especulaciones pienso que si Gustavo Petro fuera adicto a alguna sustancia ya se sabría, de hecho, habría sido la mejor arma para sepultar su camino a la presidencia, quién querría votar a un exguerrillero, izquierdista, talante dictador y además drogadicto?

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Ante los ojos de cualquier médico con el cuadro clínico que plantea MJD en su columna, la última cosa que uno pensaría que padece el presidente es una adicción. Decir que una adicción tiene solución si se trata a tiempo es desconocer por completo lo que es ese padecimiento.

Por ejemplo, solo para abrir el debate e incitar la polémica, cuando C. Juvinao demostró el montón de ausencias de los congresistas, ningún periodista sugirió o pensó que quizás alguno o todos padecían un trastorno adictivo por consumo de sustancias, dijeron que eran unos vagos.

Es diferente tener una agenda sobrecargada o liviana pero con mala distribución del tiempo a cada propósito, a tener una persona que incumple porque no quiere trabajar o incumple por enfermedad, o incumple por motivos ajenos a su disposición de cumplimiento, a tener una adicción.

En cualquier caso, al cuestionarnos si algo le sucede al presidente lo primero es relacionar el incumplimiento con respecto a las responsabilidades adquiridas y no con respecto a enfermedades imaginarias o especulaciones sin ningún tipo de soporte. 


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Ricardo Argaca un médico influencer de redes sociales que se declara en busca de la voz que el racismo le robó. Desertor del patriarcado. Puede ser localizado en X como @RicardoArgaca

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