El cambio de ayer en Hacienda me produjo, al final, tranquilidad y no nerviosismo, explico por qué:
Ocampo cumplió un papel crucial, muy importante, y lo hizo con excelencia. Pero para ese rol había un momento, y ese momento ya pasó.
El momento era el inicio del gobierno. En ese punto la incertidumbre era máxima por tratarse del primer gobierno de izquierda, pues no sabíamos cómo iba a ser su política económica.
La figura de Ocampo llegó a resolver esa incertidumbre, y lo hizo de la mejor manera. Y en esas definiciones iníciales, que implicaron numerosos choques con otros ministros e incluso con el Presidente, Ocampo jugó un papel crucial delineando una política económica prudente.
Pero Ocampo no era eterno ni iba a serlo.
Y creo que esa dependencia psicológica que se había creado con respecto a su figura no era sana. Un país no puede depender, para su tranquilidad, de que tal o cual persona esté en tal como cuál ministerio. Tal vez unos meses, pero no como algo permanente.
En algún momento había que dar el paso de vivir sin Ocampo. Y si ese paso implica la llegada de Ricardo Bonilla, creo que el mensaje es una ratificación de la tranquilidad. No hay ninguna razón para pensar que Bonilla sea en esencia un ministro menos prudente que Ocampo.
Lo que sabemos de él lo sabemos sobre todo por su paso por la Secretaría de Hacienda de Bogotá, donde fue un secretario muy prudente y manejó bien las finanzas públicas.
También por experiencias como la comisión de expertos tributarios, que produjo un informe que es prácticamente consenso sobre la tributación en Colombia.
Fui designado por Presidente @petrogustavo como Ministro de Hacienda, en reemplazo de @JoseA_Ocampo. Agradezco al Presidente y me comprometo a cumplir con las funciones del cargo. Saludo al Ministro Ocampo y reconozco la labor realizada. Mantendré estabilidad economía.
— Ricardo Bonilla (@ricardobonillag) April 26, 2023
En sus declaraciones iníciales ha dicho que respetará la regla fiscal, que el único que emite moneda es el Banco de la República, y que la autonomía de este se respeta.
Añadan que ratificó que el precio de la gasolina seguirá subiendo, lo cual es un mensaje políticamente duro pero de mucha responsabilidad fiscal.
Nada ahí de populismo ni radicalismo. Mi compañero Aurelio Suarez lo califica de neoliberal.
Ahora, lo que sí es cierto es que Bonilla es mucho más cercano a Petro que Ocampo. Aún no sabemos en qué sentido jugará eso.
Podría ser algo malo, si esa cercanía impide que Bonilla le pueda decir al Presidente verdades difíciles y rechazar intenciones absurdas.
Podría ser algo bueno, si eso trae mayor funcionalidad del gobierno (dentro de un marco de prudencia) en un horizonte temporal mayor.
Ya veremos qué rumbo toma esto último. En fin, eso creo.
Posdata: Las preocupaciones son genuinas, pero no hay nada en la trayectoria de Bonilla que amerite miedo. Calificaciones de riesgo, por ejemplo, siempre estuvieron muy bien cuando fue secretario de hacienda.
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Andrés Mejía Vergnaud puede ser encontrado en Twitter como @AndresMejiaV
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