Hace unos días el presidente electo Gustavo Petro pidió al gobernó nacional detener la compra de unos aviones, y aunque es sabido que la geografía, el clima y el sistema vial del país hacen indispensable la necesidad del transporte aéreo, la cuestión era de tiempos, prioridades y recursos.
En un país con altos niveles de deuda pública, con un clima financiero internacional que pinta para recesión y con tantas necesidades sociales, hay que analizar cada gasto que se realice.
Todos los gobiernos en todo el mundo, a nivel nacional, regional y local, se endeudan para financiar inversiones y gastos, pues no siempre los recursos disponibles alcanzan para financiar los proyectos que las instituciones tienen, así que endeudarse es una forma de resolver las necesidades financieras.
Igual lo hacen los individuos y las empresas. La cuestión del endeudamiento público en Barrancabermeja que ha salido otra vez a la opinión pública es un asunto complejo que merece y necesita discusiónpública, pero con argumentos profundos y sin populismo y superficialidad.
Hay que señalar que el presupuesto distrital aunque es de gran cuantía no es de libre gasto.
El presupuesto tiene una serie de limitaciones y restricciones en su uso y en la destinación de los recursos que limitan la posibilidad de usarlo según la voluntad del gobernante.
Hay recursos que están destinados al funcionamiento de la administración distrital, otros que solo se pueden usar para salud y educación, otros que solo pueden ser invertidos en ciertos grupos poblacionales como los adultos mayores, entre otras cosas.
Así que no es cierto que hay disponibilidad amplia de recursos en el gobierno distrital para gastar a su voluntad.
Además, el plan de desarrollo establece unos objetivos y unas metas que guían el uso de los recursos públicos, lo que establece el rumbo de la administración distrital y las inversiones que se deben hacer.
Desde esos dos puntos de vista se justifica la necesidad de buscar otras alternativas de consecución de recursos para cumplir con lo consignado en el plan de desarrollo y considerando las limitaciones presupuestales.
Así que frente a la necesidad de los recursos y las limitaciones presupuestales el endeudamiento es una buena opción para financiar las inversiones públicas.
Lo que vale la pena es considerar otros elementos para tomar la decisión de recurrir a esa fuente de dinero. Un elemento a considerar es el tiempo, el momento coyuntural.
En este momento hay un contexto internacional complejo por las decisiones que se toman en otros países, en especial en EEUU, que están afectando la económica a nivel mundial generando temores de recesión.
A nivel nacional el Banco de la Republica acaba de hacer el incremento de las tasas de interés más alto en los últimos 20 años, incrementando el valor de los préstamos, en un contexto de aumento de la inflación en el país.
Así que considerando esta situación, no sería este el mejor momento para adquirir un préstamo, pues los costos del mismo seríanmás altos que los habituales.
Otro elemento a considerar en esta discusión sobre el endeudamiento es la destinación de los recursos.
Muchos han cuestionado los proyectos que serán financiados por los recursos del endeudamiento, pero habría que revisar si cumplen los objetivos y metas del plan de desarrollo, y si lo hacen eso justificaría esa destinación pues la gente no solo voto por un candidato sino por un programa, proyectos y acciones, que se realizarían con la ejecución de esos proyectos gracias a dichos recursos.
Otra cuestión sería la pertinencia del gasto en esos proyectos en específico. Aquí la discusión es sobre rentabilidad social y publica que tendrían las inversiones.
Esa discusión es más compleja debido a que la ciudad tiene muchas necesidades y cualquier inversión siempre lleva esa carga de cuestionamiento, pues se deben establecer prioridades en el gasto público para hacerlo lo más rentable social y públicamente.
Por ejemplo, los parques generan calidad de vida en la población, en especial en ciertos grupos de población vulnerables como los niños o los adultos mayores, lo que genera rentabilidad social.
Pero no sobra cuestionar si no es más urgente, no necesariamente más importante, usar los recursos para invertir en educación, en especial en infraestructura educativa o calidad.
En este contexto es indispensable desarrollar la discusión sobre el endeudamiento pero se requiere elevar el nivel de la misma, y la ciudadanía requiere argumentos tanto de los defensores de la propuesta como de los que están en contra, para que la discusión democrática supere la superficialidad y el populismo, aportando a la educación política y cívica de la comunidad, y buscando tomar la mejor decisión posible.
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