Las evidencias científicas demuestran que el cambio climático es una realidad y los riesgos para los seres humanos cada vez serán mayores sino se hace algo para reducir los factores que afectan directamente en el calentamiento global.
Uno de los factores que más incide en esto es lo que se conoce como consumismo, esa tendencia y comportamiento de los individuos y la sociedad de adquirir bienes y servicios de manera desproporcionada, que en la mayoría de los casos se procuran cosas que no son realmente necesarios y que provocan una serie de efectos que aceleran el cambio climático.
La cuestión se puede ejemplificar en términos generales así, cuando se adquiere un bien que realmente no se necesita, junto con sus empaques y envoltorios, se gastan recursos de manera ineficiente, se utilizan materias primas inútilmente, y se producen gases de efecto invernadero sin necesidad, entre otras cosas.
En términos generales entre más se consume más se desperdicia, más se gastan materias primas valiosas, más se despilfarra energía y más se contamina. En un planeta con recursos naturales finitos no se puede pretender producir de manera infinita para saciar los apetitos consumistas de la población.
La cuestión no solo es el desperdicio de recursos finitos sino también el derroche de energía, con las consecuencias que tiene todo esto, pues para contar con más materias primas hay que afectar más el medio ambiente, la biodiversidad y los ecosistemas, contaminar más y seguir con el calentamiento global.
Es por esto que es necesario una reflexión colectiva sobre cómo se puede disminuir las costumbres y comportamientos de la población con el fin de disminuir el consumismo.
Así que socialmente se debe iniciar de manera urgente un cambio que oriente a la población hacia la disminución de consumo, sobretodo de elementos innecesarios o excesivos, y apostarle a reciclar y a reusar como patrones de comportamiento no solo socialmente aceptables sino deseables.
Es claro que los cambios sociales toman tiempo y por eso se hace indispensable acelerar esas formas como individual y socialmente se valora y se aprecia el reciclar y reusar.
Este sería un ejercicio también de memoria, pues solo hace un par de generaciones las familias reciclaban y reusaban como parte del comportamiento familiar y social. Un ejemplo es la ropa, hace unas pocas décadas las prendas de vestir se arreglaban y remendaban y eran compartidas por varios miembros de la familia.
Así que esto no es algo extraño, solo los cambios económicos recientes han generado cambios en los patrones de comportamiento en la gente, promocionando el consumo, y es posible recordar y regresar a conductas y practicas anteriores.
Reciclar y re usar no es solo un asunto de ahorro de dinero o de imagen social, es un asunto importante que puede afectar el bienestar social de toda la humanidad.
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