Algunos recordarán aquellos días de los años noventa, en que muchas familias barranqueñas se reunían, sagradamente, casi como en un ritual, en torno al radio de su casa, cada jueves a las 3 de la tarde, a esperar el famoso «Llamado Laboral de Ecopetrol», que transmitía una conocida emisora de la ciudad.
Consistía en un espacio radial que, durante varios minutos, leían el listado de trabajadores temporales de Ecopetrol que debían presentarse a trabajar a esa empresa estatal.
En aquella época, escuchar la voz del locutor leyendo el código alfanumérico del trabajador, ¡era un acto solemne, de celebración familiar y de mucha alegría!
Y qué decir de la gran tristeza que inundaba la casa cuando aquel locutor no era mencionado.
Muchas familias barranqueñas lo recordarán y seguramente han sonreído conmigo.
Nuestra economía en Barrancabermeja ha girado en torno a la industria petrolera durante 100 años, las mejores épocas de la ciudad coincidieron con las bonanzas petroleras, momentos «dorados» que se tradujeron en abundancia para sus habitantes y foráneos.
Reflexionar sobre ello, sería como llover sobre mojado, ya que podemos encontrar en la nube cientos de estudios, artículos, tesis, ensayos de todos los colores y tamaños de barranqueños destacados.
Hoy, estamos viviendo un momento histórico en la ciudad y por supuesto la humanidad.
La peor crisis registrada en los libros de Barrancabermeja respecto a su economía, acompañada de una cruel y contagiosa enfermedad que, en cuestión de días, acaba con la vida de las personas.
Por primera vez en su existencia el precio barril del petróleo (WTI) estuvo en valores negativos. Algo nunca antes visto, tanto así, que un bocachico llegó a valer más que un barril de aceite. ¡Quién lo creyera!
La gran pregunta que retumba en medio de esta coyuntura es: ¿Qué hacemos?
Pues bien, permítanme iniciar con una pequeña frase de un reconocido catedrático del país que podría ser una ventana para avanzar sin que el miedo nos paralice.
«La historia sin economía no sirve y la economía sin historia tampoco. Ambas se necesitan». (LEIBOVICH JOSE)
Los archivos de Barrancabermeja contienen un realismo mágico, al mejor estilo narrativo de nuestro nobel García Márquez. En la composición de sus memorias podría estar la respuesta a muchos interrogantes del presente.
Si viajamos en el tiempo a la Barrancabermeja de 1920-1923, cuentan los libros que era una población galopante por el nuevo impulso económico de la génesis del petróleo, la habitaban aproximadamente 4000 personas, sacudida por el conflicto que se desató por parte de multinacionales y también mortificada por “enfermedades epidemiológicas”.
Curiosamente para ese entonces a la pandemia gripe española le llamaban “epidemia”.
Teniendo en cuenta los inicios de la gripa, llegó por extranjeros y «a través de un paquete infectado al Correo de Bogotá que se fue propagando por la línea del ferrocarril”.
Por aquella época, Barrancabermeja registraba más extranjeros que la misma capital del país y para llegar a Bogotá el puerto petrolero era un paso casi obligado por los extranjeros. Posiblemente sea algún fragmento de la historia que no se ha contado y se encuentre en el olvido ó simplemente una buena casualidad.
Aun así, con todas las adversidades, Barrancabermeja a comienzos del siglo se convirtió en epicentro para el desarrollo del país.
Venta de agua durante la epidemia de gripe española hace 100 años aproximadamente pic.twitter.com/mjNXYLe6zm
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Coincidiendo con el inicio de un nuevo ciclo económico, el centenario, el agua cotiza en la bolsa de valores incrementando su valor y el precio del petróleo fluctúa aceleradamente casi recuperando su valor pre-pandemia.
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Probablemente los dos estarían enviando un mensaje de una manera especial.
Una forma podría ser observando en la siguiente gráfica el comportamiento del valor de las acciones en algunas empresas dedicadas al agua, allí se puede evidenciar la correlación que existió con el petróleo hasta el año 2014, antes de la crisis de la OPEP, desde hace 7 años tomaron distancia, como si existiera una ruptura amorosa.
Viajaban juntos, si el petróleo subía, el precio de sus acciones también lo hacían, quizás tengan que encontrarse para su reconciliación ó confirmar su definitiva separación.
Sin embargo, observando el histórico de esta relación en el año 1997 (durante las crisis de los tigres asiáticos) también hubo un rompimiento por algunos años para luego encontrarse y continuar el camino juntos.
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¿Que podría suceder?
No se sabe, el tiempo lo dirá, pero en la historia, el agua y el petróleo están enviando señales muy fuertes.
Para finalizar, tenemos la gran oportunidad de escribir las nuevas páginas para las generaciones venideras. Con las señales dadas —muy seguramente— seremos epicentro de desarrollo para la región y el país, en el nuevo ciclo económico que se avecina.
ACLARACION: Lo escrito anteriormente no representa a ninguna entidad y tampoco una recomendación de inversión. Son opiniones personales.
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ERWIN AGAMEZ GOMEZ, Administrador de Empresas con especialización en gerencia de proyectos. Actualmente es gerente de una entidad financiera reconocida en la ciudad de Barrancabermeja.
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