Después de cerca de un año de gobierno es posible hacer una reflexión sobre la administración distrital, y tal vez el lema de campaña del alcalde Alfonso Eljach da pie para realizar un examen de lo ocurrido en el inicio de este gobierno.
El candidato se eligió con la idea de cambiar el chip, que pudo haber significado cambiar las cosas o cambiar la forma como se hacen las cosas, y eso le dio un impulso a su candidatura ante la ciudadanía.
Pero en términos reales, hay que decirlo, las cosas no cambiaron y eso le ha generado un desgaste y cierto inconformismo social.
Es indispensable señalar que la ciudadanía eligió el cambio de chip para la alcaldía, pero se puede suponer que este al parecer venía con el viejo software de siempre, se escogió el procesador (chip) de última generación, más veloz y con mayor capacidad de procesamiento de datos, pero que funciona con Windows 95, con los programas más antiguos imaginables, lo que no ha permitido que el computador (la administración distrital) rinda como es debido.
Esto sucede por varias razones, y hay que empezar por decir que el gobierno de Alfonso Eljach eligió dentro de su equipo de asesores y funcionarios personas que trabajaron en administraciones anteriores, algunos de ellos altamente cuestionados y que generan desconfianza en la población.
Frente al público compromiso de apoyar la mano de obra local ha sido fuente de confusión el hecho de emplear personas con un pasado lleno de críticas y cuestionamientos, en vez de dar oportunidades a nuevos profesionales o aquellos provenientes del sector privado.
En este punto el chip ni el software cambiaron.
Otro elemento a considerar fueron los lamentables escándalos entorno a la contratación pública.
A pocos meses de iniciado el gobierno distrital se revelaron una serie de posibles irregularidades en unos contratos, lo que llevo a que la Contraloría general de la nación se encuentre investigando esos procesos.
Lo más grave del asunto es que esas posibles anomalías se presentaron en los contratos para atender a las personas afectadas por la pandemia, miembros de la comunidad en estado de vulnerabilidad que requerían una especial atención y ayuda en los momentos de cuarentena.
Eso genero una amplia insatisfacción y molestia en la población pues se requería un gran apoyo del gobierno distrital a la comunidad, pero al parecer lo sucedido en esos procesos contractuales, debilito la capacidad de intervención y apoyo del gobierno distrital.
Una vez más el nuevo chip se parecía al viejo, y ni hablar del mismo anticuado software.
Un elemento adicional ha sido la escasa inversión pública.
Es cierto que este año no ha sido fácil, el primer semestre de todos los gobiernos se dedica a la elaboración y aprobación del plan de desarrollo, herramienta clave para el funcionamiento del gobierno y sin ella se limita bastante la capacidad de acción administrativa.
Además de lo anterior, hay que considerar las afectaciones que la pandemia, la cuarentena y las restricciones han ocasionado, y que han incidido en el desarrollo normal de lo público, lo social y lo económico en el distrito y el país.
En este escenario tan difícil la administración distrital ha sufrido bastante y se ha visto afectada, pues no pudo generar una gestión pública dinámica y la inversión distrital no logro despegar.
Han sido las obras e inversiones iniciadas en el gobierno anterior las que permitieron mostrar resultados y generar contratación de mano de obra, pues ha sido poco lo generado desde la actual administración.
Además hay que señalar que frente a la tradicional necesidad de empleo se ha sumado la demanda de empleo de personas que se vieron afectados por la pandemia, y ha sido débil la respuesta del gobierno distrital, y acciones de choque como el programa de empleo social a la fecha aún no han iniciado, lo que ha generado más dificultades a una creciente población desempleada.
En este punto el nuevo chip ni siquiera encendió.
Estos son solo algunos elementos que indican que lo que se presentó como un cambio hasta el momento no lo ha sido.
La gran ventaja es que el gobierno distrital apenas empieza y queda mucho tiempo para recomponer y enderezar el camino, para que ese cambio de chip sea una realidad, y venga acompañado también de un cambio de software.
Barrancabermeja enfrenta una difícil situación social y económica, las dificultades ocasionadas por los ciclos petroleros y la pandemia han dejado a una población en problemas, con un alto desempleo y una agudización de la desigualdad social, lo que va a requerir un gobierno distrital dinámico y proactivo, capaz de entregar respuestas a las demandas ciudadanas.
El alcalde distrital cuenta con elementos para concretar lo que en campaña represento.
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