Un hecho que nadie puede desconocer es que la imagen de Jonathan Vásquez ha venido cayendo en las últimas semanas. Varios factores son los que han conspirado en contra del precandidato y de la percepción que un sector de la ciudadanía tenía sobre él.
LA PRIMERA de las razones consiste en que «el candidato dice una cosa, pero refleja otra totalmente distinta». La gente en Barrancabermeja no alcanza a entender como Jonathan Vásquez manifiesta ser «el candidato de la anticorrupción», pero mantiene alianzas políticas con el «Clan de los Gnecco» familia duramente cuestionada por vínculos delincuenciales (parapolítica y narcotráfico) y de pésimo manejo de los recursos públicos en la costa norte colombiana. No hay duda que la gente en Barrancabermeja está segura que —de ganar Vásquez la Alcaldía— sería entregarle un salvo conducto al «Clan de los Gnecco» para que entren al mercado político barranqueño con pie derecho.
LA SEGUNDA de las razones tiene que ver con el apoyo que Jonathan Vásquez viene recibiendo de algunos «mega contratistas» de la Alcaldía Municipal de Barrancabermeja y quienes actualmente manejan una bolsa millonaria de contratos al interior de la administración municipal. Si bien es cierto que Jonathan niega, públicamente, cualquier vínculo con el gobierno actual, es evidente que en Barrancabermeja «todo se sabe» y muchas entidades y personas vienen siendo beneficiadas por parte de estos contratistas para que le hagan buena campaña electoral a Vásquez.
Los contratistas pueden apoyar al candidato que les dé la gana, pero cuando la ciudadanía comprueba que los mismos contratistas que apoyan a Jonathan son los mismos del gobierno actual, queda en el ambiente un agrio sabor de «más de lo mismo».
LA TERCERA razón por la que la imagen de Jonathan viene bajando en picada se debe a su extremada soberbia que, afirman varios analistas políticos en la ciudad, “lo traslada a un tristemente célebre trono de reyezuelo» que, usualmente, no cuadra nada bien en una ciudad sencilla con unos habitantes tan descomplicados como los de Barrancabermeja. Sus salidas fuera de tono en contra de sus críticos, (con insultos y amenazas) cargadas de una alta dosis de prepotencia, le han pasado factura a su imagen de candidato en estas últimas semanas.
Finalmente, la CUARTA razón de esta lamentable caída de imagen se debe a su postura frente al recientemente aprobado Distrito Especial para Barrancabermeja. Nadie se explica cómo, si no estaba de acuerdo con la elevación de Municipio a la categoría de Distrito Especial, ¿por qué no hizo nada en contra ante el Congreso cuando existían herramientas políticas y legales para tumbar la ley?
Es claro que, si no le gusta la figura de Distrito Especial para Barrancabermeja, «va a gobernar de mala gana” y no va a hacer nada para construir y fortalecer al Distrito y ese sería el peor escenario para un gobernante en una ciudad que —por el contrario— hoy necesita de la capacidad y el liderazgo de sus mandatarios. Barrancabermeja Distrito Especial es hoy una Ley de la República que debe empezar a ser estudiada y ejecutada con total entrega y compromiso con la ciudad y la región.
Lo que sí puedo afirmar con toda seguridad es que, en medio de todos estos errores de Jonathan Vásquez, vienen subiendo otros candidatos quienes, con un trabajo pausado, mesurado, pero con responsabilidad y madurez política, suben en las encuestas y consolidan su imagen.
Es solo de esperar unos días y el tiempo nos dará la razón.
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OMAR FLOREZ SILVA, Líder juvenil, excandidato al Concejo Municipal de Barrancabermeja.
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