Elkin Bueno Altahona conserva hoy el récord de ser el ciudadano barranqueño que en más oportunidades se ha lanzado a la alcaldía de Barrancabermeja. Siempre que, en términos legales, esté habilitado para hacerlo, Elkin Bueno ha puesto su nombre a consideración de los barranqueños para ocupar el primer cargo público del municipio.
Bueno Altahona, quien acaba de cumplir 54 años, tiene unas características personales, sociales y políticas que lo hacen «sui géneris» (muy singular y excepcional) en nuestro medio político. Goza de un extraordinario y radiante carisma (es decir un atractivo personal) que —prácticamente— deja a todos asombrados por la facilidad que tiene para llegar a las personas, capacidad que usa, magistralmente, para lubricar muy bien sus relaciones políticas. Dicho en otras palabras, quien no lo haya conocido es casi seguro que cae envuelto en su halo magnético, galante y seductor.
Además, el exalcalde es un conocedor —como pocos— de la idiosincrasia del pueblo barranqueño y de toda su cultura popular callejera, por lo que sabe llegar, con precisión muy exacta, a la «vena yugular interna» de cada uno de sus habitantes. Es por esta razón que tiene una particularidad fascinante y es la de expresarle a las personas, exactamente, «lo que ellas quieren oír».
A lo anterior se suma una impecable presentación física y personal, a la que Bueno Altahona le da una prioridad «obsesiva». Es decir, para Elkin Bueno lo básico y fundamental es «el empaque y no el contenido». Bajo esa premisa, el ex alcalde siempre está cerca de los parámetros del modisto francés Yves Saint Laurent.
Como si fuera poco, Bueno Altahona tiene una capacidad histriónica (teatral) de “posar de víctima” cuando es cuestionado por sus opositores. No conozco en Barrancabermeja un político que maneje mejor esa habilidad de “victimizarse”, talento que, finalmente, le sirve para que sus rivales —incapaces— se resignen y muchas veces terminen aliándose a su proyecto político.
En medio de todas esas cualidades que tiene Bueno Altahona, lamentablemente sus gobiernos terminan reflejando la imagen de un pésimo gerente público, casi siempre por cuenta de sus actos administrativos salpicados de corrupción y escándalos.
Como dato curioso, Elkin Bueno —y en atención a esa particularidad— nunca ha tenido la cortesía de asistir a un cambio de mando y entregarle públicamente el cargo a su sucesor el día de su posesión, porque siempre le toca salir por «la puerta de atrás», tras los escándalos que le estallan por sus malas gestiones como gobernante.
Por la anterior razón, el exmandatario debe recurrir a una de sus habilidades y es la de «confundir» a sus adversarios políticos con relación a sus proyectos electorales.
El «libreto de la trama» es bien conocido. Siempre lo usa cuando se va a lanzar a la alcaldía. Su plan consiste en afirmar que va a hacer una cosa y termina haciendo otra totalmente diferente, o sea, como se dice en el lenguaje automovilístico: “pone el direccional hacia la izquierda si va a doblar a la derecha o —lo contrario— lo pone a la derecha si va a doblar hacia la izquierda».
Es «la estrategia de la confusión», que consiste, primero, en empezar por hacer «sonar» su nombre (suena que suena… suena que suena), pero, igualmente, no deja saber cuáles son sus reales intenciones políticas. Es una manera sutil de irle pulsando los latidos a la opinión pública, pero sin definir nada.
En alguna ocasión —hace ya muchos años— para confundir a sus opositores políticos, puso el direccional con la flecha al revés y dijo a la gente que «se iba a convertir en cantante» y para demostrarlo armó una banda con músicos cercanos al vocalista Carlos Vives, entre ellos: Roberto Cuao (baterista), Diego Valdés (bass), Freddy Morales (guitarrista), Joel Márquez (conga), Jorge Rojas (acordeón), Carlos Gómez (saxo), Javier Medina (trompeta) y Junior Gutiérrez (corista).
Al anterior grupo, Elkin Bueno les sumó tres extraordinarios músicos barranqueños reconocidos nacionalmente: Lucho Pacheco (efectos especiales), Raúl Villa (piano) y un cajero vallenato, barranqueño de corazón, de nombre James Pérez.
Era una excelente banda musical. La presentación se hizo en el diamante de softbol Joaquín Barros Machuca.
Yo recuerdo que estaba muy niño, apenas cursaba mi bachillerato en el INTECOBA, pero ese día, todos quedamos convencidos que «Barrancabermeja perdía a un político, pero ganaba a un cantante». Estaba equivocado, porque no fue sino esperar que llegara 1997 para que le conociéramos sus verdaderas intenciones. Elkin Bueno apareció en la escena política con la frase «La Paz de Colombia comienza en Barrancabermeja» ofreciendo «empleo, vivienda y participación». Sencillamente nos había puesto el direccional con la señal equivocada.
Ganó esas elecciones y su gobierno terminó en el año 2.000 con ocho de sus secretarios de despacho condenados por la justicia, muchos de ellos en prisión intramuros en la cárcel de Barrancabermeja.
Luego vendrían las elecciones del 2.003 en las que Elkin Bueno siguió haciendo uso de su direccional, diciendo una cosa y haciendo otra diferente. Faltando una hora para el cierre de las inscripciones de las candidaturas para la alcaldía municipal (2.004 a 2.006), negó que iría a participar en ese debate electoral. Sin embargo, a pocos minutos del cierre arribó a la Registraduría y para sorpresa de todos, formalizó su participación en esas elecciones.
¿Por qué actúa de esa manera?
El problema radica en que sus gobiernos terminan mal, entonces, cuando quiere volver —para reiniciar el proceso de su regreso a la actividad política y evitar ser atacado por sus opositores— maneja una serie de habilidades entre las que sobresale «la estrategia de la confusión», al confundir, bajan los niveles de crítica y evita el desgaste que esas mismas críticas le generan a su imagen y candidatura.
¿Qué está pasando actualmente?
En ese orden de ideas, el exalcalde Elkin Bueno anuncia con «bombos y platillos» que se lanzará a la gobernación de Santander, sin embargo, sus posibilidades de éxito a nivel departamental son pocas frente a las pretensiones de la poderosa clase política santandereana que prefieren candidatos del seno de la familia Aguilar, al empresario Leónidas Gómez o al rector de la UDES, Fernando Vargas Mendoza.
Aun así, sin contar con el suficiente respaldo para la gobernación de Santander, pero por cuenta de la «estrategia de la confusión» el nombre de Elkin Bueno «suena que suena». Igualmente, mientras dure esa «indecisión» gozará de la condición de no ser atacado por sus opositores porque no lo ven, localmente, como una «amenaza electoral».
Esta vez no se va a «disfrazar» de cantante vallenato, por el contrario, ya se vistió de precandidato a la gobernación de Santander y mientras eso ocurre prepara su «zarpazo de tigre» para ser nuevamente candidato a la alcaldía de su tierra natal.
Mi hipótesis
Faltando pocos días para el cierre de las inscripciones, se lanzará como candidato a la Alcaldía de Barrancabermeja por Cambio Radical, para darse el lujo de ser el «alcalde del centenario», recordemos que Barrancabermeja cumplirá 100 años de vida municipal en el 2022. NO necesita recoger firmas, tiene el aval totalmente seguro, dado que su cuñado, Ciro Fernández, es el jefe máximo de Cambio Radical en Barrancabermeja y es representante a la cámara por el departamento de Santander.
Repito, Elkin Bueno conserva hoy el récord de ser el ciudadano barranqueño que en más oportunidades se ha lanzado a la alcaldía de Barrancabermeja. Siempre que en términos legales esté habilitado para hacerlo, Elkin Bueno ha puesto su nombre a consideración de los barranqueños para ocupar el primer cargo público del municipio.
Si Elkin Bueno no puede lanzarse a la gobernación, estoy seguro NO se va a quedar con los brazos cruzados, esperando que otro «ocupe el sillón» de la alcaldía. Su «adicción» por el poder nos indica que esa será la flecha de su direccional para las próximas elecciones.
Hace 30 años, Elkin Bueno le dijo a Barrancabermeja que «había que darle oportunidad a las nuevas generaciones para que gobernaran la ciudad». Esa misma ciudad le ha dado tres veces la oportunidad.
La vida es cíclica, las etapas se repiten. El problema es que Elkin Bueno se volvió viejo, ya le salieron canas y detrás de él viene toda una oleada de gente joven «pidiendo pista» y oportunidades para realizar lo que su generación no fue capaz de hacer por Barrancabermeja.
Elkin Bueno es ágil, astuto, severo animal político… me quito el sombrero frente a su desbordado carisma, pero también —debo advertirlo— siento el clamor de las nuevas generaciones que gritan un cambio, no es sino ver el miedo y el rechazo que su nombre produce en las redes sociales.
¿Quién ganara? … amanecerá y veremos.
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ROSBERG PERILLA PEREZ es un habitual columnista de BARRANCABERMEJA VIRTUAL. Puede ser contactado en el correo electrónico: [email protected]
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