Por: Raúl Andrés Ardila Silva
En los últimos días, circula la imagen del alcalde, Darío Echeverri Serrano, elegido por voto popular, en el que se le aprecia en un hotel de Bucaramanga, departiendo como cualquier ciudadano.
Sin embargo, estas imágenes pretenden ser utilizadas con fines despreciables para mancillar su imagen y seguir generando el odio y la polarización que se presentó en Barrancabermeja —como en los tiempos de la revocatoria— y alimentar una idea de venganza, como si se tratara de un «ajuste de cuentas políticas de sus contradictores» que no le perdonan su triunfo electoral del 25 de octubre de 2015.
Estos mismos, quienes por años se beneficiaron de nuestros recursos públicos, hoy pretenden ser los «salvadores» y posan de «mártires» (y muchas veces de verdugos) ante la opinión pública, con el solo objetivo de acabar con una familia que siempre creyó en nuestro municipio, que a pesar de las circunstancias nunca se les cruzó la idea de abandonar la ciudad, por el contrario se dedicaron a construir un proyecto que se materializó en una contundente victoria electoral hace tres años.
Estas imágenes, que son el centro de atención de aquellos que quieren alimentar sus más ruines deseos de maldad y venganza, vienen acompañadas de acusaciones injuriosas, ruines y calumniosas, «afirmando» —con toda la intención de maltratar el buen nombre de Darío Echeverri— «que está violando la ley» y hasta se atreven a acusarlo por «fuga de presos». Por supuesto, que todo eso es mentira.
El Alcalde de Barrancabermeja NO está condenado, es decir, actualmente NO hay un fallo en su contra, NI siquiera ha comenzado el juicio y por el contrario aunque tenga una medida de detención domiciliaria, es una medida preventiva, cautelar que otorga la ley en circunstancias especiales, pero esto NO quiere decir que ya fue vencido en juicio o que todo lo que se le imputó sea cierto.
El debido proceso, la cadena de custodia y el principio de la presunción de inocencia se le deben aplicar con todas las condiciones y garantías propias de la condición humana y protegidas por nuestra Constitución Política. «Nadie está exento de ser investigado en algún momento de nuestras vidas».
La mentira
El hecho de que una persona tenga una detención preventiva —sea cual sea la medida ya sea domiciliaria o intramuros— la Ley 65 de 1993 y la Ley 1709 de 2014 otorga a los internos, procesados «sindicados» permisos especiales. Con ello, pueden salir en condiciones de trabajo o estudio o de calamidad. Estos gastos logísticos son acarreados por los beneficiarios y NO son costeados por el Estado.
Los derechos de las personas privadas de la libertad son universales.
Los derechos fundamentales son universales, de toda persona. Es una posición moral que refleja la decisión social, consagrada por el Constituyente, de respetar el valor intrínseco de todo ser humano. Su dignidad.
Los derechos fundamentales de las persona privadas de la libertad son indivisibles. Todos los derechos, sin importar su tipo, son inherentes a la dignidad de todo ser humano.
Así las cosas, si las circunstancias lo ameritan, una persona detenida bajo una medida cautelar tiene derecho a visitar a un médico especialista en la ciudad de Bucaramanga. Por la misma razón tomarle unas fotografías —aprovechando la ocasión— y hacerlas ver como una «fuga de presos» es una infamia que solo cabe en la mente del más perverso.
NOTA: Todo hombre honorable podrá pensar que nunca en su vida cometerá un delito, pero ay !!! de aquel tonto que piense que nunca en su vida será investigado.
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RAUL ANDRES ARDILA SILVA es un habitual columnista de BARRANCABERMEJA VIRTUAL. Puede ser contactado en el correo electrónico: [email protected]
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