Por: Jorge Santos Núñez
Agosto 5 de 1971, un año más de la huelga en Ecopetrol con la participación de los trabajadores de El Centro, Refinería de Barrancabermeja, Oleoductos y Bogotá.
Hacían parte de las causas que justificaron la huelga las violaciones a la Convención Colectiva de Trabajo, fundamentalmente el incremento de los intermediarios o ‘chupasangres’ en las actividades de la industria del petróleo.
Estas reclamaciones fueron presentadas por el sindicato en cabeza de su entonces presidente Benjamín Bentham de la USO Refinería, Ricardo Mantilla de la USO Oleoductos, Ricardo Álvarez de El Centro, pero la administración hizo caso omiso.
A finales de julio del 71 se realizaron mítines de protesta.
La respuesta patronal fue citaciones a descargos contra dirigentes y trabajadores. Ante estas posiciones se organizó la huelga que empezó el 5 de agosto 1971 con la parálisis de producción en El Centro, en la Refinería de Barrancabermeja y en Oleoductos.
Ese día, 5 de agosto de 1971, a las 12 30 del medio día, el Ejército asesina al trabajador Fermín Amaya Laponte quien laboraba en la sección de mecánica. El hecho sucedió entre las plantas de Parafina y Fenol al interior de la refinería de Barrancabermeja.
El entonces gobierno del presidente Misael Pastrana Borrero nombró en calidad de Jefe Político y Militar para Barrancabermeja al General, José María Rivas Forero, con ‘poderes de mando’ en Barrancabermeja y las instalaciones de Ecopetrol, a pesar de que el alcalde civil continuaba, pero sin atribuciones.
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Barrancabermeja fue militarizada, hubo prohibición de marchas y reuniones sindicales y arreciaron los allanamientos.
Acto seguido montaron un relámpago ‘Consejo Verbal de Guerra’ donde los militares violaron los derechos a la legítima defensa, como lo denunciaron los entonces abogados defensores Diego Montaña Cuéllar, Pedro Ardilla Beltrán, Luis Ibáñez y Manlio Lafont y como consecuencia de esa arbitrariedad los dirigentes sindicales y trabajadores fueron condenados a largas penas y llevados a la Cárcel Modelo de Bucaramanga
La huelga fue levantada a los 18 días con una proclama: «Luchar por la libertad de los detenidos, reintegro al trabajo de los despedidos, no represalias contra quienes participaron en la huelga, cumplimiento de la Convención Colectiva de Trabajo, denuncia ante el país del vil asesinato del compañero Fermín Amaya Laponte y preparación del pliego de peticiones».
Con estos objetivos los trabajadores ingresaron a laborar con la frente en alto.
Una vez recobrada la Personería Jurídica de la USO eligieron entre otros en El Centro a los trabajadores Alfonso Quintero, Eliécer Benavides, Raúl Martínez Montes. En la USO Refinería a Manuel Rodríguez y Florentino Martínez. También fueron elegidos los representantes de los comités convencionales
En forma inmediata la dirección de la USO, con Diego Montaña Cuellar convocaron una reunión de abogados demócratas de izquierda para analizar la situación de los detenidos y se concluyó elaborar un Proyecto de Ley de rebaja de penas, pero debía ser avalado por el gobierno, pues así lo contemplaba la ley. El proyecto se le presentó al entonces Ministro de Justicia, Jaime Castro Castro quien manifestó que «estaba de acuerdo y lo avalaba».
Los dirigentes de la USO, con Diego Montaña y el equipo de abogados, intensificaron un trabajo al interior del Congreso con las diferentes bancadas quienes manifestaron su apoyo al proyecto, con excepción de la bancada que dirigía la reaccionaria conservadora Bertha Hernández viuda de Ospina Pérez.
El proyecto fue aprobado por mayoría y se convirtió en Ley de la República, los detenidos recobraron su libertad, al alcalde de Barrancabermeja se le devolvieron sus atribuciones como la autoridad civil y al jefe político militar se le acabaron sus funciones
Las violaciones a la Convención Colectiva de Trabajo fueron resueltas. La mayoría de los trabajadores despedidos volvieron a trabajar más no los dirigentes sindicales, el pliego de peticiones logró avances importantes y se hizo la denuncia pública del vil asesinato del compañero Fermín Amaya Laponte quien de su unión con su esposa quedó un hijo que estudió derecho y ciencias políticas.
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JORGE SANTOS NÚÑEZ, Ex senador de la república, ex dirigente sindical, fue en varias oportunidades presidente de la USO (Unión Sindical Obrera), es considerado actualmente una de las voces más respetadas del sindicalismo petrolero en Colombia.