Desde el 2 de julio se abre una nueva etapa para Barrancabermeja donde el escenario político y administrativo cambio para consolidar políticamente al gobierno municipal al revestirlo de una amplia legitimidad, refrendada en el proceso electoral pasado, y al mostrar el rechazo público hacia ciertas prácticas y actores políticos en la ciudad.
Es así como las elecciones atípicas del 2 de julio mostraron que los líderes del proceso de la revocatoria en la ciudad, entre donde se encontraban ex integrantes de campañas electorales, ex funcionarios públicos, congresistas y ex congresistas, ex candidatos a la alcaldía, ex concejales y concejales en ejercicio, y otras personas relacionadas de una manera u otra al quehacer político local, no lograron despertar el interés ciudadano de participar en las elecciones llevando a que menos de un 10% del censo electoral fuera a las urnas y por lo tanto no fue posible conseguir el umbral necesario para hacer efectiva la revocatoria del mandato del burgomaestre.
Así pues estas elecciones mostraron el rotundo fracaso de este proceso al mostrar la incapacidad política y electoral de los impulsores de la revocatoria para lograr el apoyo de la comunidad, dejando lo sucedido más como un asunto de los perdedores de las elecciones de 2015 y de avivatos que buscaban pescar en rio revuelto, en un claro ejemplo de lo que se conoce como politiquería, que un verdadero ejercicio cívico y político.
Por otro lado, estas mismas elecciones fortalecieron la legitimidad y credibilidad de la administración municipal en cabeza del alcalde Dario Echeverri, pues se convirtieron en un verdadero espaldarazo a su gestión producto del escaso interés que despertó la revocatoria del mandato en las urnas, los resultados mostraron que el umbral requerido para la que fuera efectiva quedo bastante lejos de ser alcanzado pues apenas se lograron algo más de 16.000 votos de los más de 44.000 votos necesarios.
Así que este resultado electoral fortalece al gobierno local, legitimándolo y convirtiendo al alcalde en el líder político e institucional de Barrancabermeja, un hecho sin parangón en los anales locales pues en menos de dos meses logro una histórica convocatoria pública para la movilización de mayo en favor de la realización del proyecto de modernización de la refinería -PRMB y luego al superar por amplio margen el intento de revocatoria de su mandato.
Este contexto político es inédito pues el municipio cuenta con un líder político, institucional y social como no se había visto, lo cual es una oportunidad única para lograr en torno a él la materialización de la unidad institucional, social y comunitaria local, indispensable para enfrentar los retos de la ciudad, como la realización del proyecto de modernización de la refinería.
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Junto con el alcalde municipal también ha salido fortalecida la Unión Sindical Obrera, que después de apoyar la movilización de mayo y de respaldar al gobierno local frente a las elecciones atípicas del 2 de julio, ha demostrado que la construcción de una unidad local entorno a objetivos de ciudad es fundamental para el desarrollo del municipio, estableciendo de nuevo una estrecha relación no solo con la comunidad sino también con la institucionalidad local como hacía muchos años no se veía, como parte del propósito de sacar adelante el PRMB y mostrando que es indispensable dejar atrás las pequeñas disputas por objetivos particulares para buscar la unión por el beneficio de la ciudad.
Finalmente, la comunidad ha salido fortalecida después de los hechos de los últimos meses, pues ha logrado desarrollar la capacidad de identificar objetivos superiores y dejar a un lado las pequeñas diferencias.
Es así que el municipio ha entendido que el PRMB es un propósito de ciudad y que las organizaciones sociales, gremiales, sindicales y comunitarias que junto al gobierno municipal vienen luchando por su realización representan ese objetivo común.
Es por esto que la comunidad estuvo ajena a las elecciones de la revocatoria, pues pudo identificar que ese proceso respondía no a un clamor colectivo sino a los intereses de unos pocos, lo que en ultimas no redundaría en beneficio para la comunidad.
Además, la comunidad mantuvo el respaldo a la gestión del alcalde municipal con el propósito no solo de continuar con su plan de desarrollo sino también para fortalecer la lucha por el PRMB, objetivo que ha aglutinado a la mayoría de la ciudad.
Esta nueva etapa que inicia la ciudad representa el rescate de valores cívicos que se habían abandonado en Barrancabermeja, como la solidaridad y fraternidad entre la gente, y que son indispensables para el desarrollo local.
Estos nuevos tiempos llaman a los ciudadanos a la unión y al trabajo en equipo, como se ha visto en los últimos hechos de ciudad, lo que se constituye como el mejor camino para el desarrollo de Barrancabermeja.