Por: Darío Echeverry Jr.
Es triste ver que como sociedad no nos ponemos de acuerdo para nada, se ha perdido ese sentido colectivo que permitía priorizar las necesidades sociales sobre los cálculos particulares.
Es así como en Barrancabermeja es posible ver como frente al cruel engaño del proyecto de modernización de la refinería no se ha logrado que todos sin excepción y al unísono, academia, gremios, partidos políticos, organizaciones sociales y comunidad, acuerden que es indispensable manifestar públicamente no solo la decepción por el fraude sino también la importancia económica, política y social de realizar ese proyecto.
En la ciudad se habla mucho del tema y se plantean argumentos como que ese tema se debe dejar atrás y olvidarlo, que es un caballo de batalla de unas organizaciones, que es un distractor político, que es otra pelea inútil, que solo sirve para aplazar la diversificación de la economía, entre otras cosas que se dicen, pero la verdad cierta es que la modernización de la refinería es una necesidad para la ciudad.
Una refinería obsoleta puede convertirse en una carga para el municipio, que lentamente usaría menos mano de obra, contrataría menos bienes y servicios, y pagaría menos impuestos, lo que afectaría las finanzas públicas y privadas con unas consecuencias peores a las que se viven actualmente.
Además, es indispensable que como pueblo manifestemos el rechazo al continuo manoseo del gobierno nacional y de Ecopetrol, que desde hace muchos años vienen jugando con las expectativas de toda una comunidad sin importarles los costos sociales y económicos de ese juego siniestro con un municipio que ha vivido años de violencia, depredación de los recursos naturales, afectaciones sociales, entre otras cosas, producto de la explotación petrolera.
Barrancabermeja necesita un consenso total de todas sus fuerzas vivas, un acuerdo en el que todos sin excepción conviertan en propósito municipal el reclamo de la realización del proyecto de modernización de la refinería.
Este no es un tema de unos pocos, es un tema de todos. No hay que olvidar que Ecopetrol, la refinería, es el primer contribuyente de la ciudad, es el primer consumidor de bienes y servicios, y es uno de los que más demandan mano de obra. Y mientras otros sectores logran equilibrar esa balanza económica y social, es indispensable seguir protegiendo la refinería por su importancia para toda la comunidad.
Lo que desde el gobierno local, sindicatos, gremios, organizaciones sociales y líderes comunales han venido planteando, debe ser reconocido y apoyado por todos, sin importar las posiciones políticas o ideológicas, pues la defensa de ese activo de la nación y la ciudad está por encima de los intereses particulares y debe ser el punto de convergencia de toda la ciudad.
Así que la marcha del próximo 17 de mayo debe ser la materialización de esa solidaridad barranqueña, dormida desde hace años, donde todo el municipio al unísono y sin excepción se movilizara por reclamar los derechos de todos y apoyando el propósito municipal, la modernización de la refinería.