Por: Carlos Monroy Mancipe.
Es de conocimiento público que existe un séquito de personas que se encuentran muy indignadas con el actual alcalde de la ciudad, Darío Echeverri Serrano porque, a su criterio, el mandatario no ha cumplido con lo establecido en el Plan de Gobierno y en el Plan de Desarrollo de Barrancabermeja 2016 – 2019 y en menos de un año de su gestión, acudieron a un mecanismo de participación ciudadana consagrado expresamente en la ley que se denomina la ‘revocatoria de mandato’.
Recorren la ciudad de día de un lado para otro —cual ‘saltimbanquis’— intentando mostrar a los barranqueños la razón de su indignación contra el actual mandatario local, recogiendo firmas de los ciudadanos. Pero, ¿el ciudadano entenderá la consistencia de este mecanismo?
Hay que partir que para este tipo de procesos democráticos quienes los impulsan deben tener la ética y la moral necesarias para poder llevarlos a cabo, sin argucias ni estratagemas.
Sin embargo, asaltan múltiples preguntas al ciudadano barranqueño que quiere conocer el trasfondo de todo este proceso.
Por ejemplo:
— ¿Cuáles serán las consecuencias que le vendrían a Barrancabermeja en el evento que el alcalde de la ciudad, quien fue elegido por voto popular, sea destituido de su cargo?
— ¿Acaso el voto no es también un mecanismo de participación ciudadana?
— ¿Qué pasará con el control y la administración de las entidades centralizadas, descentralizadas y las instituciones públicas que hacen parte de la administración municipal?
— ¿Quién gobernará en su reemplazo?
Son puntos de reflexión que el ciudadano barranqueño debe tener en cuenta al momento de poner su firma.
El ciudadano debe reflexionar, informarse y entender el panorama de la ciudad y las secuelas que ha tenido que soportar como consecuencia de las decisiones que han tomado las administraciones precedentes.
Gobernar una ciudad, un departamento o la nación no es fácil más cuando existe un marcado trasfondo político. Lo que no se debe respaldar es que hayan personas que quieran poner a la intemperie y a la incertidumbre el objetivo de la gestión del alcalde, y desde luego, el bienestar de la ciudadanía y de las instituciones que la constituyen solo con el fin de ‘saciar sus intereses individuales’.
Es preocupante cuando se quiere usar la democracia a interpretación de cada quien; cuando usan la ley ‘a su comodidad’ para engañar al pueblo con peroratas y falacias; haciendo arengas para revocar el mandato al alcalde, promoviendo la inestabilidad de las instituciones públicas y dejar en el lago de la incertidumbre los intereses de la colectividad.
Hagan un alto en el camino, reflexionen, piensen y miren si a la ciudad le convendría que cualquier persona llegara a tomar las riendas del municipio, y encontrarán la respuesta a la pregunta: ¿Qué es la revocatoria de mandato?
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CARLOS MONROY MANCIPE, autor de este artículo, puede ser contactado en el correo electrónico: [email protected]