Por: Andrés Miguel Sampayo Navarro
Un ensayo que leí de Arundhati Roy en la revista El Malpensante, titulado «La endeble luz de la democracia», hace un llamado sobre cómo los parámetros impuestos de democracia, que nos quieren vender en todo el mundo, en vez de lograr mayor equidad e igualdad entre los que habitamos este mundo, lo que ha hecho es distanciarnos cada vez más los unos de los otros, y nos ha llevado a pensar solo en cosas efímeras.
Roy explica que «hoy en día palabras como ‘progreso’ y ‘desarrollo’ se han vuelto intercambiables con reformas económicas, desregulación y privatización».
«Libertad» viene ahora a significar oportunidad y tiene menos que ver con el espíritu humano.
«Mercado» ya no significa el lugar donde la gente va a comprar los víveres. Ahora «el mercado» es un espacio desterritorializado donde corporaciones sin caras hacen sus negocios».
En la Barrancabermeja que habitamos, muchos piensan que nos van a observar afuera como una «verdadera ciudad», porque tenemos el Éxito, Carrefour y Hamburguesas El Corral, pero la verdad, eso no va a pasar, debido a las falencias que tenemos. Por un lado está el acceso al agua potable, ¿perdón tenemos agua potable? NO.
Por ejemplo, en el barrio Arenales se encuentran casas a medio terminar, huecos en las calles y se halla un escenario como el siguiente: en el lugar donde se ubica la mayor parte de la población de bajos recursos, si uno mira al frente, pasando el caño, observara una gran porción de tierra encerrada con alambrados y con animales de crianza, y he ahí donde se evidencia la realidad de nuestro municipio: «Pocos con mucho, y muchos con nada».
¿Cuántos barranqueños que viven en esas casas van a ir a comprar a esos dos nuevos hipermercados (el Éxito, Carrefour) o al Corral?
Esa pobreza oculta y que no conocemos, es la que debemos buscarle una solución, para que de verdad seamos no solo un municipio con dos centros comerciales y una refinería, sino una verdadera ciudad con índices de bienestar humano alto.
No permitamos que las reglas de juego cambien, por los que manejan ese discurso falso de desarrollo sustentado en presentaciones de J Balvin mientras las obras de teatro en el festival tienen baja asistencia. No debe ser así.
«En el mundo diez millones de personas han sido desposeídas y desplazadas de sus tierras por las inundaciones, sequías y desertificación causada por el abuso que le hacemos al medio ambiente» (Roy), en Barrancabermeja también lo hemos visto, no permitamos que siga pasando, porque todo se destruye y nuestra comodidad se convierte en silencio y permisividad.
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ANDRES MIGUEL SAMPAYO NAVARRO es un columnista de Barrancabermeja Virtual que usted puede seguir en twitter en la cuenta: @asampayo o ubicar en el correo electrónico: [email protected]
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