(Por: Alfonso Torres Duarte).
Preocupante que «el man del trinche» se haya llevado en este último mes a varios talentosos barranqueños, amigos todos, con un gran porvenir y con mucho qué aportarle a nuestra tierra: Gerardo Sánchez, docente de Unipaz; Julio Abaúnza, periodista; Gustavo Pinilla, hombre de la cultura y las tertulias; Arnulfo López, historiador, y hoy, Wilfredo Carvajal «El Puya».
Y eso sin relacionar, también en este último mes, a tres de mis vecinos: El viejo Sampayo, don Primitivo, y Fanny Araque, la hija del viejo Pacho, el dueño de la muy famosa en los setenta tienda «Malpaso». Las funerarias han sido el lugar más frecuentado por mi en los últimos días.
Creo que nos toca protegernos de los embates del emisario de la muerte, y la mejor manera es indiscutiblemente cuidando nuestra salud.
Pero qué difícil que va a ser esa vaina: bajarle al chicharrón, bajarle al guaro, hacer ejercicios o caminar y dejar el sedentarismo, dejar o bajarle al cigarrillo, y en fin, tener una actitud positiva frente a la vida.
Mi acompañamiento solidario a la familia de Wilfredo «El Puya», y a los gestores culturales barranqueños, su otra familia.
