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100 días de nada

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100 días son pocos para calificar la gestión de un gobernante, es un ejercicio un tanto caprichoso y desequilibrado pero también es un primer esfuerzo, un antecedente si se quiere, para empezar a medir el trabajo del mandatario local en un momento bastante exigente de la historia local.

Es así como se podría comenzar por decir lo bueno y son tal vez dos hechos que en este sentido valen la pena destacarse. Por un lado haber logrado que el Concejo Municipal le otorgara facultades para contratar por cuatro años, lo que resulta de gran utilidad para la gestión de la administración municipal y que rompe un ciclo de constantes disputas entre la corporación edilicia y el gobierno municipal. Además está el nombramiento del alcalde municipal como presidente de la federación de municipios. Adicionalmente es de destacar los anuncios en materia deportiva, en el campo del microfútbol por ejemplo, que señala los resultados de la gestión en esta materia

En relación con lo negativo se deben mencionar varios desafortunados hechos. Es así como se puede señalar la demora en la designación del gabinete municipal, que despertó dudas e incertidumbre en la ciudadanía. Tal vez el hecho más notable fue la novela de las basuras, que desnudo serios problemas tanto al interior de la administración municipal como en las posiciones de los partidos de la alianza del alcalde municipal, y aunque dio el reverzaso quedo la imagen de improvisación y desconocimiento en el ambiente político y ciudadano. Además se debe mencionar que el plan de desarrollo sigue el lento proceso de aprobación que se dio en pasadas administraciones. También cabe indicar que la administración municipal está tramitando ante el Concejo Municipal una millonaria adición presupuestal antes de aprobar el plan de desarrollo, algo que carece de sentido y despierta incertidumbre sobre la gestión del gobierno local. Por último, despierta suspicacias en la comunidad la elección del alcalde como presidente de la federación de municipios, más aun cuando la ciudad necesita de toda la atención del burgomaestre. En relación con los problemas más urgentes de la ciudad, como la movilidad o la seguridad, no se han visto ni gestiones ni resultados en esta materia, aunque es necesario señalar que sin el plan de desarrollo aprobado se hace difícil invertir recursos.

Es así como en términos generales la gestión del alcalde ha sido regular con una inclinación negativa, pues a pesar de alcanzar logros políticos importantes, frente a las necesidades de la sociedad poco se ha hecho y temas de vital importancia que requieren el liderazgo y la gestión del alcalde Bueno no han avanzado al ritmo esperado, como el plan de desarrollo ha hecho el lento transito de siempre. Hechos como la demora en la designación del gabinete o el episodio de las basuras son preocupantes señales de improvisación, falta de conocimiento de lo público, escasa coordinación al interior de la administración y falta de un proyecto de ciudad. Esta situación puede remediarse pues apenas comienza el periodo de gobierno pero no pinta bien con estos antecedentes, y deben los partidos políticos y sus bancadas en el Concejo, las organizaciones sociales, gremiales y comunitarias, estar atentos para vigilar de cerca esta gestión municipal y evitar que siga cayendo en equivocaciones que pueden resultar costosas para todos.

Finalmente se debe señalar que este balance es riguroso con el alcalde Bueno pero por una razón esencial y es la experiencia personal de Bueno Altahona, pues ya había estado dos veces al frente de la administración municipal y no puede medirse con la misma vara que los anteriores burgomaestres, los cuales eran todos principiantes, y que necesariamente hace que se sea más exigente con el alcalde. Estos 100 días pasaron sin pena ni gloria, más bien terminaron por despertar intranquilidad entre la comunidad, pero aún hay tiempo para encaminar la administración municipal hacia el desarrollo y el bienestar para todos en la localidad.

Nota: es claro que la seguridad del alcalde es importante pero debería evitarse que se afecte el tráfico en la calle 50, una de las vías más importantes de la ciudad, entre las carreras 14 y 15 al invadirse todo un carril de esta vía por una serie de elementos, los llamados conos, como una especie de medida de seguridad en los alrededores de la vivienda del burgomaestre.

 

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