Por: Hernando Florez Anaya
No fue sino que se anunciara que la ciudad iba a recibir las basuras de los municipios de Lebrija, Girón y Piedecuesta, para que las diferentes organizaciones sociales hicieran llegar su airado reclamo al alcalde Elkin David Bueno Altahona. Fue tal la magnitud de la protesta que se hizo sentir sobre todo en las redes sociales y, al burgomaestre le tocó salir a desmentir este propósito, reversando así el supuesto convenio revelado días anteriores.
Mas allá del prurito generalizado y la reacción generada debemos pensar en si hubiese sido mejor consensuar este tema con las fuerzas vivas de la ciudad y explicar mejor el objetivo a conseguir, para entender lo que se intentaba hacer, en vez de salir a reversar una decisión. Queda la duda de qué hubiera sido lo mejor.
Es claro que el problema de las basuras es bastante sensible para nuestra ciudad y lo es más porque todos tenemos la sensación, cierta o no, de que la contaminación y el pasivo ambiental que Ecopetrol nos ha dejado, a través de los años, es inmenso y no se ha pagado. Esto esta ahí latente en el imaginario colectivo y cualquier decisión al respecto debe pasar por esa preconcepción de la población, siempre será necesario explicar muchas veces y rodearse de la institucionalidad cuando se toque un tema ambiental tan evidente.
Nuestro Alcalde debería entender con este acontecimiento que a los grandes temas, a los hechos espinosos para Barrancabermeja hay que buscarles el mayor consenso posible entre los actores de la ciudad. El que en eso ha demostrado siempre su sapiencia debería hacerlo como una condición obligatoria de este tipo de decisiones, apartar a los demás es cometer los mismos errores que su antecesor, quien hacia las cosas a espaldas de la institucionalidad, incluso de ello es víctima la actual administración, ya que le dejaron tan entronizadas iniciativas que al actual gobierno le va a costar incluir sus proyectos.
Se hizo evidente, también, que grandes sectores de la población aún mantienen una animadversión hacia las acciones de Bucaramanga y los municipios del Área Metropolitana, pese a la creciente interrelación y a las inversiones que empresas de la capital santandereana vienen haciendo en pro del desarrollo de nuestra ciudad. Muestra fehaciente de esto son las construcciones de centros comerciales y edificios residenciales por parte de constructoras, promotoras y empresas santandereanas que apuestan su capital en nuestro territorio.
El capital foráneo seguirá viniendo, lo que puede hacer la diferencia es cómo nosotros atraemos esa inversión y entramos en esos negocios como empresarios locales, esa unión de los de afuera con los locales es la llave para garantizar el empleo y la prosperidad de la región, en eso todos tenemos que trabajar y hacer posible que los consensos puedan aportar en la construcción de una mejor ciudad.