Por: Hernando Flórez Anaya
La nutrición es sin duda una de las tareas de las que más se ha hablado y sobre la que se han invertido cuantiosos recursos para mitigar el problema de la pobreza, y no podría ser de otra manera porque es un tema sensible y de profundo sentido de equidad social. Sin embargo, existe una dependencia en esta materia alrededor de las secretarias de Salud o de Desarrollo Socioeconómico a nivel local, que no deja que el tema nutricional despegue y se atienda con la magnitud debida.
Por eso creo que ya es hora que este tema nutricional se independice, mediante la creación de un organismo que tenga autonomía administrativa y financiera, con el fin de lograr que las decisiones que se tomen se tornen más expeditas pero que a su vez se avance en otros aspectos como por ejemplo, el impacto real de los programas sociales que llevan alimentación a la población más vulnerable.
No es conveniente que nuestros niños, jóvenes y ancianos sigan padeciendo de la falta de complemento alimentario, de almuerzos y comidas, por la lentitud que produce tener en las mencionadas dependencias los programas sociales de nutrición; es realmente desconsiderado que los programas nutricionales estén al vaivén de largas y tediosas decisiones administrativas de despachos que están preocupados más por las actividades de atención en salud y de la cultura, que de la nutrición de la población vulnerable. El hambre no da espera.
Crear una entidad independiente con autonomía administrativa y financiera, denominada «Instituto Municipal de Nutrición», que permitirá no solo agilizar la toma de decisiones, sino también la vigilancia y el control más efectivo sobre los programas sociales de nutrición. Ese debería ser un empeño de la próxima administración, con ello, muy seguramente se garantizaría que programas como el Complemento comiencen a la par con el ingreso de los niños al colegio y que las personas de la tercera edad cuenten también con su alimentación durante todo el año.
Además, el «Instituto Municipal de Nutrición», debería abordar estudios sobre el impacto de estos programas en la población y sugerir estrategias que potencialicen estas actividades, saber por ejemplo, el impacto del Complemento en el rendimiento escolar debe ser una de las tareas investigativas prioritarias a desarrollar rápidamente, así como los análisis del valor nutritivo de los alimentos producidos en la región y que podrían reemplazar a otros de otra región y que ayudarían a reducir el costo de la canasta familiar.
Un ente donde se centralicen las actividades, investigaciones y programas que tienen que ver con la nutrición, pondría en primer orden un tema álgido y sensible, al cual ya es hora de darle el lugar y el desarrollo que se merece, porque con el hambre no se juega.
Ya es tiempo que acometamos la tarea de una Barrancabermeja sin hambre.
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HERNANDO FLOREZ ANAYA, es un columnista de Barrancabermeja Virtual que usted puede contactar en el correo electrónico: [email protected]