Por: Jaime Calderón Herrera
El modelo de salud colombiano es dependiente del modelo económico y éste se fundamenta en dos inamovibles: la competencia y el libre mercado. Por eso no hay esperanza de una reforma estructural al modelo de salud.
El Gobierno ha presentado en línea tres propuestas legislativas para yugular la quiebra mediante la restricción del gasto en salud.
La primera es el acto legislativo denominado ‘Regla Fiscal’ que eleva a la categoría de derecho fundamental la estabilidad macroeconómica buscando corregir el déficit fiscal, lo cual se traducirá en que el gasto social, el de salud entre otros, dependerá de las razones macroeconómicas.
La segunda es la ‘Ley Estatutaria’ que “regula el derecho a la salud y a la igualdad” con lo cual el ejercicio del derecho dependerá de la finitud de los recursos, de la evidencia científica y costo-efectiva de los tratamientos (menos de la mitad de ellos tienen evidencia científica de Nivel I, Clase A) y del deber del ciudadano con el “auto cuidado”. Además, coloca barreras a la tutela, dilata la unificación del POS ahora llamado Plan de Beneficios (PB) para el 2015 (la ley 100 lo ordenó para el 2000 y la 1122 para el 2010) y la actualización del PB pasa de hacerse cada año para hacerla cada dos.
La tercera es la ley ordinaria que reforma algunos aspectos secundarios del modelo de la Ley 100 y de la 1122.
No se toca la intermediación ni el lucro financiero que se quedan con alrededor de la mitad de los recursos. La Fiducia del Fondo de Solidaridad y Garantía -Fosyga- obtiene billonarias ganancias, los títulos valores invertidos en CDT´s y en TES´s congelan recursos y financian Bancos y soportan el déficit Fiscal. Las EPS´s que son administradoras, aseguradoras y prestadoras, en claro conflicto de intereses, hacen la intermediación con costos que van entre el 14% al 40%. Nada de estas causas de crisis del sistema se tocan por el gobierno y menos lo hará el Congreso, cuando al menos el 40% de los congresistas elegidos han recibido importantes aportes a sus campañas de parte de las EPS´s.
Los colombianos continuaremos teniendo carencia de políticas de salud pública, atención inoportuna y restrictiva, se elevará el gasto de bolsillo y los médicos se limitarán a los protocolos a costa de la autonomía médica.
El dinero de la salud yugularán el déficit fiscal, las EPS´s continuarán en posición de privilegio y el “negocio de la salud” hará más prósperos a los demás negocios y en cinco años hablaremos de una nueva “Crisis de las finanzas de la Salud”.
