Por. Lorena Rubiano Fajardo
La verdad, ya me estoy preocupando, porque estoy estudiando Derecho y cada día veo que la Justicia en nuestro país, no está funcionando como debe ser.
No entiendo, no comprendo, como el ministro, designado para que defendiera nuestros derechos a la libertad, a la vida, a la propiedad, a la libre movilización, a la libertad de empresa, entre muchos otros, sea el que le propone al Congreso Nacional, que le autoricen meter a la cárcel a los inocentes, a las víctimas, a los que por ineficiencia del estado que él representa, sufren uno de los tantos flagelos delincuenciales que pululan en nuestro país.
Que tal, eso es una clara y tacita aceptación de que se siente impotente y por lo tanto derrotado para ganarle la batalla al hampa y a los terroristas.
No entiendo si va a meter a la cárcel a los inocentes para protegerlos, porque cree que allí están más seguros que en la calle o porque quiere castigarlos por haberse dejado secuestrar o extorsionar. O sea que traslada la responsabilidad de su propia seguridad a la ciudadanía. Porque si una familia paga, para rescatar a su ser querido, no es porque sea auxiliadora de los delincuentes, sino porque no encontrando más salidas, recurren, al pago para salvaguardar el sagrado derecho a la vida, de sus familiares.
Además, La Corte Constitucional, ya declaró inexequible la penalización de las personas que contribuían o pagaban el rescate para la liberación de los secuestrados, cuando estudió la denominada Ley Anti secuestro de 1993.
Están pasando cosas raras en la vida jurídica colombiana, por ejemplo: tenemos interinidad de meses, en la elección de fiscal general, de gerente de la rama judicial y de magistrados de las altas cortes. Ya se habla del colapso del sistema oral, de la permanente libertad para delincuentes capturados en flagrancia, de la necesidad de rebajar la edad para poder someter a los niños de 14 años a la cárcel y de acabar con la acción de tutela.
También, La ONU quiere que el Congreso incluya una cláusula que permita a los familiares de las victimas acudir ante los organismos de justicia internacional en Ginebra, con el argumento de que la justicia en Colombia ha sido lenta o no ha operado.
La reforma a la Justicia, que se está preparando debe buscar una mayor seguridad Jurídica, fortalecer la acción de tutela, despolitizar a los Jueces, disciplinar a la rama, solucionar las disputas en las que llevan años sumidos los tres poderes y minimizar el impacto económico por sus fallos erróneos.
Señor ministro de la Defensa, Rodrigo Rivera, como estudiante de derecho, espero que retire su propuesta, la cual considero absurda desde todo punto de vista y más bien dedique sus esfuerzos a combatir con todo rigor a los verdaderos delincuentes.
Estoy alineada con las personas, que quieren una justicia eficaz, rápida e imparcial, pero ojala no siga siendo una utopía, mientras los de cuello blanco se paseen orondos y libres, después de cometer las mil y una criminalidades, mientras las cárceles están llenas, o las vamos a llenar, de seres inocentes.