En el foro sobre vivienda digna realizado en las instalaciones de la Normal Cristo Rey el pasado 23 de Octubre, se habló sobre los proyectos que la administración actual desarrolla en este componente, entre ellos Vivienda en altura, Vivienda saludable, Legalización y Titulación de predios, Mejoramiento Integral de Barrios y Vivienda nueva, lo cual se convierte en un proyecto piloto para darle amplitud y continuidad.
Estoy completamente seguro que esta es la ruta correcta si se desea convertir a Barrancabermeja en una ciudad que brinde calidad de vida a sus habitantes porque es inconcebible que en pleno siglo XXI aun tengamos en la “capital petrolera de Colombia” casas con letrinas y asentamientos donde el agua residual corre junto a los niños descalzos. Una muestra de esto es que en Bogotá ya se anunció la construcción de 50m mil casas en los próximos 10 años, en Barranquilla 20 mil, en Pereira y Manizales otros miles y nosotros estamos en deuda de desarrollar los proyectos urbanísticos y de vivienda para la regularización de los barrios-invasión que aún tenemos y son como parches que se deben mejorar.
El déficit habitacional en nuestra ciudad supera las 10 mil viviendas y su construcción fácilmente los 300 mil millones y si a esto súmanos las soluciones que se deben plantear en saneamiento básico, vías, seguridad, infraestructura, niñez, salud, productividad, tecnología, Agro, cultura, empleo, servicios públicos, etc, etc, vemos que el presupuesto de la ciudad no alcanza para todas las cosas que se deben o tienen que hacer.
Siempre he escuchado desde concejales hasta líderes de juntas, pasando por periodistas y ciudadanos del común decir a los cuatro vientos que el presupuesto de Barrancabermeja es exorbitante (si lo comparamos con Yondó ó Cantagallo, pues claro), pero si vemos las soluciones que se deben plantear, el dinero realmente no alcanza para todo y si a esto le sumamos la corrupción el panorama se complica. Lo que se debe aprovechar sin titubeos es la capacidad financiera que el municipio tiene y las alianzas interinstitucionales para comprometer recursos en proyectos estratégicos y prioritarios que causen mayor impacto a la ciudadanía y logren cerrar la brecha entre una clase gratamente favorecida y otra mayoría afectada por la violencia y excluida.
La ciudad es un espacio para vivir, es la parte exterior de nuestra casa, donde nos encontramos, compartimos, caminamos, debe ser agradable y dar muestras de verdadero desarrollo democrático, eso también es un factor innegable de competitividad. Por esta razón luego de ver los megaproyectos viales, logísticos e industriales que plantea la cámara de comercio y Ecopetrol debo aplaudir ese tipo de iniciativas pero no dejo de pensar en que la ciudad y su gente, más allá de un empleo o contrato no está verdaderamente incluida. El problema no es de dinero sino de voluntad, ya que así como se gestiona para la construcción de mega vías ó súper proyectos industriales, se debe gestionar para el desarrollo humano. Se las dejo ahí.