No podemos seguir aceptando, por ningún motivo, que la Superintendencia de Subsidio Familiar mantenga intervenida la Caja de Compensación Familiar de Barrancabermeja, CAFABA, y eso es algo que todos los barranqueños al unísono, debemos expresarlo claramente y gritarlo fuertemente: ¡Que entreguen Cafaba, no joda!
En una medida controvertida y que en su momento sirvió de excusa para darle contentillo a los políticos de turno, la Superintendencia de Subsidio Familiar declaró la intervención preventiva de Cafaba. De eso ya se van a cumplir dos años y cada día se amañan más y más, y es apenas obvio, con tanto dinero que corre actualmente de los empresarios por sus pagos de aportes parafiscales, es lógico que no quieran soltarla, porque no se explica de ninguna otra manera que se mantenga tan absurda medida.
Como si fuéramos unos impedidos mentales, la Superintendencia de Subsidio Familiar se ha tomado la Caja local y no dan muestra de querer regresarla. No hay ningún motivo para que no seamos los habitantes de la ciudad, y en especial sus empresarios y trabajadores, los que tomemos decisiones como, hacia dónde debe en este momento enrutarse la entidad.
Es realmente decepcionante que en pleno siglo XXI hayan personas e instituciones del orden nacional que creen que los barranqueños somos unos incompetentes que no podemos decidir nuestro propio destino, en especial, ahora que estamos en el mejor momento económico de Barrancabermeja, cuando más aportes recibe la entidad y cuando más se requiere de su concurso en las actividades de desarrollo de la ciudad. Realmente, da pena ajena saber que tenemos que conformarnos con el hecho que desde Bogotá se definan las políticas y ejecutorias de Cafaba, la verdad, ya basta de este trato denigrante hacia Barrancabermeja y sus habitantes.
El esfuerzo con el que se creó esta entidad y las personas que participaron en su fundación hace más de 4 décadas, no merecen que sus memorias sean pisoteadas de esta manera, ofende y duele que nos traten así, y lo peor, que nosotros los barranqueños nos dejemos maltratar de esa manera, será que no podemos levantarnos y al unisonó decir, basta ya carajo!!!
Al ritmo que vamos, pisoteado y olvidado nuestro pasado, perdido el manejo de nuestras entidades, rindiendo culto a lo foráneo, con un presente fracturado, nuestro futuro no parece nada alentador. En vez de tanta triquiñuela y tanto manejo oscuro, de tanto pacto secreto y tanta maldad entre nosotros mismos, más bien deberíamos fijarnos en los “de afuera” que nos saquean constantemente; nunca habíamos tenido tantas oportunidades juntas y tantas posibilidades de realizar nuestros sueños como barranqueños, pero también quizás nunca habíamos estado tan anestesiados, sin falta de reacción y sin el alma de nuestra identidad, que fue durante mucho tiempo nuestra beligerancia e inconformidad ante unas instancias departamentales y nacionales que siempre han querido mantenernos en el colonialismo más arcaico que se haya visto.
Qué más faltará para que todos los barranqueños por fin reaccionemos? Sin poder político, sin respeto por nuestra historia, sin beligerancia para reclamar, me pregunto, qué más nos espera? Será que no vamos a dejar de pelear entre nosotros y no vamos a ser capaces de unirnos para exigir que nos devuelvan a Cafaba? Esa debería ser una buena manifestación de que aún nuestra tierra bermeja nos hace palpitar.