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Sin pena ni gloria

Sin pena ni gloriaEditorial El Medio Magdalena

 

A propósito de la cumbre de congresistas que se realizó en la ciudad en pasados días, donde un grupo de líderes sociales les presento a los parlamentarios un proyecto de Ley llamado “Ley Centenario”, como una propuesta de compensación para Barrancabermeja con motivo de los cien años de la industria petrolera, que en términos reales pasaron sin pena ni gloria en el municipio, mas allá de un simple concierto y una sencilla plazuela en el corregimiento El Centro.

 

La verdad sea dicha, cien años de exploración y explotación de petróleo en Barrancabermeja, donde se dio inicio a esa industria y donde aún hoy no solo se mantienen vigentes esas actividades, sino que se pueden sumar la refinación y el transporte de hidrocarburos, no ha representado verdadero desarrollo ni bienestar para el territorio.

 

El impacto del petróleo ha sido más negativo en términos sociales y ambientales para los barranqueños y la conmemoración de esta industria fue el claro ejemplo de esa situación, pues la generación de riqueza petrolera ha sido otro ejemplo de mala redistribución, de inequidad e injusticia social.

 

En Barrancabermeja había una esperanza que en el marco de este centenario se iniciara un proceso de equidad o al menos unas actividades de redistribución, pero la fecha pasó, los días pasaron y más allá de unas simples y mediocres actividades, nada paso.

 

El municipio hace muchos años viene reclamando que la riqueza que se genera en el territorio se refleje en mejor calidad de vida para la gente, pero no es así, se podría decir más bien todo lo contrario, el petróleo ha traído beneficios solo para unos pocos y problemas para la mayoría.

 

Es un problema complejo, pero hay elementos que se deben señalar con claridad, desde lo ambiental es claro que no se sabe cuál es el pasivo ambiental de la industria petrolera en el territorio municipal.

 

Después de cien años no se sabe a ciencia cierta el impacto de la actividad sobre el aire, la tierra, los cuerpos de agua y los ecosistemas. Desde hace años se ha pedido un diagnóstico del daño ambiental a partir del cual se haga un Plan de Recuperación y Reparación del Medio Ambiente, así sabríamos cual fue el daño y que debe hacerse para remediarlo.

 

El centenario de la industria era una buena oportunidad, pero para Ecopetrol, el Ministerio de Medio Ambiente y la CAS eso no es un asunto importante y se perdió otra oportunidad, mientras tanto la comunidad tendrá que seguir viviendo sin saber la verdadera dimensión del daño y sin poder remediarlo.

 

Otro aspecto es el social, que es complejo de abordar pero que debe considerar algunas cuestiones básicas. El petróleo ha sido el imán que ha atraído durante cien años a miles de personas que han venido a poblar el municipio, unos temporalmente y otros de manera permanente.

 

Esto ha ocasionado que el crecimiento de la localidad haya sido desordenado y atado a los ciclos de la industria petrolera, con sus altas y bajas de necesidad de mano de obra. Esto tiene consecuencias sobre la provisión de servicios públicos, vivienda, salud, educación, recreación y deporte, entre otras cosas, para la gente.

 

El desordenado crecimiento de la ciudad provocó desorden en la disponibilidad de servicios y bienes públicos, lo que ha generado graves falencias y deficiencias que han afectado la calidad de vida de la gente. Además, en términos sociales ha generado inequidades entre sectores sociales pues hay grandes diferencias en los ingresos de las personas que trabajan directamente en la industria petrolera y quienes no, generándose desequilibrios sociales producto de grandes diferencias en el ingreso.

 

Esto ha provocado la dependencia del trabajo en las actividades petroleras, para todo tipo de mano de obra y los empresarios de bienes y servicios, lo que provoca su vulnerabilidad a las afectaciones que se pueden dar en el marco de los ciclos de los precios del hidrocarburo.

 

En términos económicos la industria del petróleo ha generado una atracción tal que la actividad local se encuentra firmemente atada a esa actividad, no solo en lo relacionado con la mano de obra, que se ha ido formando y especializando en tareas de esa industria, sino en las empresas mismas, que se han ido especializando en la provisión de bienes y servicios específicos y requeridos por la actividad petrolera, dejando de lado otras oportunidades de negocio.

 

Es más, la economía atada al petrolero ha generado distorsiones, los altos salarios de los trabajadores ha ocasionado que muchos bienes y servicios tengan precios artificiales producto de que se proveen para esos consumidores de altos recursos, que son solo una fracción de la población y que deforman los precios de por ejemplo arriendos de vivienda.

 

Las burbujas que se han dado producto de coyunturas petroleras, han generado que se dispare el consumo o ciertas inversiones para atender la demanda de la actividad petrolera, lo que ha ocasionado que no se hagan las inversiones productivas que se necesitan para diversificar la economía y evitar la dependencia al petróleo.

 

Entonces a propósito de esa propuesta de “Ley Centenario”, vale la pena recordar la deuda de la industria petrolera con Barrancabermeja y lo lejano que se ve que algún día sea saldada.

 

 

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