Por: Alberto Rafael Cotes Acosta
“Prefiero molestar con la verdad que complacer con adulaciones.»
Séneca
Quizás el principal problema de los ciudadanos de Barrancabermeja en el actual momento es la Movilidad, entendida esta como el derecho de los ciudadanos a circular libremente por el territorio nacional, tal como se establece en el artículo 24 de nuestra Constitución Política.
Hago referencia a la Constitución Nacional, porque ya hace varios meses por nuestra ciudad no se puede “circular libremente”, porque cuando no son las interminables obras de la administración pasada, que tienen varias vías principales o taponadas totalmente o a medio servicio; son algunos ciudadanos que abren zanjas donde se les ocurre y luego las cubren también como se les ocurre; pero también aparece el fenómeno calles cerradas por varias camionetas que se encuentran parquedas también donde y como se les da la gana; o si no porque algún vecino se le ocurre tapar su cuadra para armar una rumba con motivo de los 15 o el matrimonio de su hija.
Parece un chiste, pero la verdad es que todas esas circunstancias, en algunos casos risibles por su absurdo, ocurren en nuestras calles, pero principalmente nuestro problema de movilidad es consecuencia de un alto crecimiento de vehículos (matriculados o no) que circulan y la poca capacidad de los gobiernos municipales para ejecutar obras viales de envergadura para una ciudad en crecimiento como Barrancabermeja.
La anterior administración se supone ejecutó el Estudio denominado FORMULACIÓN DEL PLAN MAESTRO DE MOVILIDAD Y LINEAMIENTOS DEL PLAN VIAL PARA EL MUNICIPIO DE BARRANCABERMEJA, SANTANDER, estudio contratado con la Universidad Nacional de Colombia, estudio que hasta donde yo se NO CONOCE NADIE, nunca fue socializado, y por supuesto no ha sido implementado, puesto que estamos en otra administración.
A todos estos problemas se le suman ahora las protestas de las empresas de transporte público, que ante los deplorables resultados económicos, exigen al gobierno municipal medidas drásticas para acabar con el transporte informal, medidas que el mandatario local no se ha atrevido a tomar, puesto que las exigencias atentan no solo contra la movilidad, sino contra la libertad de más de 40.000 dueños de motocicletas que utilizan este vehículo para el transporte propio y de su familia y nada tienen que ver con los transportadores informales.
Es un problema este último que no solo agrava el tema de movilidad en la ciudad, sino que tiene altas repercusiones económicas y sociales, porque mientras por un lado están los transportadores formales y sus empresas, que reclaman con justicia porque su negocio, que paga impuestos y genera empleo se está desmoronando y por el otro lado no solo están los transportadores informales que reclaman trabajo digno y oportunidades, sino miles de propietarios de motocicletas que ven restringido su uso y disfrute al quedar en medio de una disputa que básicamente no tiene que ver con ellos.
Necesitamos los Barranqueños unirnos en torno a la búsqueda de soluciones, ojalá la administración municipal tenga el tino para poder sentar en la mesa a toda la sociedad y nos permita salir de este grave problema.
