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El futuro de la ciudad

cotesPor: Alberto Rafael Cotes Acosta.
¿Acaso no destruimos a nuestros enemigos cuando los hacemos amigos nuestros?»
Abraham Lincoln

¿Cómo debemos afrontar los próximos años? Corren ríos de tinta tratando de encontrar soluciones a la disyuntiva  o encrucijada en la que se encuentra Barrancabermeja. En lontananza lo que se ve es DESARROLLO ECONÓMICO, o quizás debería decir financiero; grandes inversiones en todo tipo de proyectos de infraestructura que nos afectan directa o indirectamente. Parece halagüeño el panaroma. Sin embargo, a algunos no deja de preocuparnos las implicaciones sociales y económicas que tendrá para la ciudad tantos impactos financieros positivos.

El déficit habitacional, los problemas de movilidad crecientes, la frágil estructura de salud, los bajos índices de calidad de la educación que nos dejó el gobierno anterior, la falta de mano de obra calificada, en fin, un sinnúmero de problemas superlativos que a su vez traducen en otros pequeños problemas y que lamentablemente ocasionan puntos negativos en los índices que miden a las ciudades para ser atrayentes para la inversión.

Somos una ciudad privilegiada y aunque siempre todo el mundo se cree “el ombligo del mundo”, en el caso de Barrancabermeja tenemos muchas ventajas comparativas, por nuestra posición geográfica, por lo que aquí se produce y yo añado por la clase de seres humanos que brotan en Barrancabermeja. El asunto está en como convertir esas ventajas comparativas, en ventajas COMPETITIVAS que permitan de verdad que la ciudad alcance la importancia que merece en el plano nacional e internacional.

A mi manera de ver, para lograrlo debemos superar dos grandes dificultades: 1) Salir rápidamente de la transición en la que andamos, para pasar definitivamente de Pueblo Grande a Ciudad en pleno desarrollo; y 2) Reconquistar el poder político a escala nacional.

Para lo primero se necesita además de los inversionistas y las inversiones, o más bien para que lleguen los inversionistas con sus inversiones, que el gobierno actual y los venideros implanten las condiciones en la ciudad que permita la llegada de esas inversiones. Una ciudad con educación de mala calidad, con un sistema de salud frágil, con casi ningún tipo o lugar de esparcimientos, con las vías intransitables, con basuras, con altos precios en arriendos, con mal servicio no es atractiva para quien tiene los recursos y quiere invertir.

Para lo segundo, la ciudad debe tomar conciencia de que es necesaria la unión, la tranquilidad política. Solo de esa manera el mayor número de ciudadanos votará por los hijos de Barrancabermeja, a fin de llevarlos a donde se concentra el poder nacional. Y solo así, podremos tener voceros que hablen, que griten, que lloren por esta ciudad y sus habitantes. En las pasadas elecciones quienes acompañaron al actual alcalde obtuvieron 50.000 votos, y quienes acompañamos al Candidato Liberal obtuvimos 25.000 sufragios. Aunque en política, uno más uno, no necesariamente da dos, la suma de esas voluntades que lograron 75.000 votos, podría traducirse en lo que hace años estamos buscando, tanto los que acompañaron a Elkin Bueno, como los que acompañamos a Darío Echeverri: Un Senador y un Representante a la Cámara, hechos ambos en Barrancabermeja. Como dice Diomedes: Se las dejo ahí.

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