Por: Heyner Mancera Rincón
Resulta que hasta el gobernador de Cundinamarca propone emplear el dinero de la venta del 15% de Ecopetrol para unas autopistas en su departamento. El presidente Uribe a través de su ministro de trasporte expresó en 2009, que ese dinero podría servir para financiar el ambicioso plan de dobles calzadas necesarias para salir del atraso en infraestructura vial, mientras los campesinos más pobres siguen sacando a lomo de mula sus 20 litros de leche cruda y demás productos. Por su parte la dupla Mockus-Fajardo piensa disponer de este dinero para educación superior, construcción de universidades, etc.
Como barranqueño me preocupa que ECOPETROL siga siendo vista como la alcancía de romper o trompo de quiñar de los políticos que proponen una cosa y la otra sin tener bien definido el destino de los recursos que ascendería a 10 billones de pesos ó 5 mil millones de dólares. Con este agonizante gobierno quedó la criticada experiencia del famoso plan 2500 que inicialmente se pensó como la estrategia de conectar vías secundarias y terciarias con la red primaria, pero se convirtió en una herramienta clave del presidente Uribe y su Ministro de Transporte para negociar con las comunidades, sin intermediarios, la asignación del presupuesto vial y terminaron construyendo carreteras regionales sin que conduzcan a ninguna parte sin propósitos de conectividad con las vías principales. Ese es el temor; que la plata de la venta del porcentaje de un activo de la nación sea usada como plata de bolsillo y al final no se refleje la inversión en desarrollo.
Vender para gastar, me parece una decisión precipitada que de acuerdo con las palabras del ex ministro Juan Camilo Restrepo “puede comprometer la sostenibilidad fiscal del país hacia el futuro”. Pero, ¿realmente se invertirían todos los recursos producto de la venta, en educación o vías? Porque de ser así, se incrementaría en un 50% el presupuesto de Educación 2010 ó se cuadruplicaría los recursos invertidos en el plan 2500. En todo caso, un país donde se invierte casi en igual proporción en defensa y seguridad (léase Guerra) y en Educación, debe definir cuál es su verdadera prioridad y que ello se refleje en su presupuesto general.
La formación para el trabajo, la productividad y desarrollo, debe ser una prioridad, pero los recursos deberían salir de la disminución gradual del presupuesto que se invierte en la compra de balas y helicópteros para guerra. Pero si se piensa, que vender por partes el patrimonio más importante y rentable de los colombianos es la solución, propongo que el símbolo de la iguana sea cambiado por un cerdo. Y finalmente si se trata de pedir, pues entonces diremos que como aquí en Barrancabermeja hemos visto crecer la empresa, somos sus más directos dolientes, respiramos sus “peos” tóxicos día a día y hemos visto morir nuestras fuentes de agua, hemos asumido los costos sociales y económicos de paros cívicos, transitamos por las calles deterioradas por el tráfico pesado, etc, entonces que parte de ese dinero sea invertido en el pago del pasivo ambiental y de paso nos pavimenten todas las vías, o no ?
