Por: Dario Echeverry Jr.
Solo preocupación dejan los resultados electorales del pasado domingo y revelan claramente la profunda fractura que existe entre la población y los políticos. Las elecciones solo dejaron abstencionismo y una débil representación parlamentaria, porque fueron pocos los votos que aporto la ciudad a los elegidos al congreso, y una profunda decepción porque a pesar de los esfuerzos de campaña, la ciudadanía se mostro apática a lo que sucedía.
En el escenario local, donde los personalismos florecen frente al desprestigio de los partidos, son los políticos a los que la gente acude en búsqueda de soluciones a sus problemas, pero buscando resolver las dificultades del día a día y no los asuntos de fondo de la ciudad, lo que facilita que los compromisos electorales se hagan en torno a transacciones económicas y no sobre responsabilidades políticas y sociales, monetizando las relaciones entre candidatos y electores en donde se diluyen las soluciones a los problemas colectivos en medio de transacciones comerciales. Es así como en este contexto, las elecciones al congreso se hacen ajenas y los candidatos a esta corporación responden limitadamente a esta dinámica lo que dificulta una mayor respuesta del electorado.
Lo peor de este escenario es que en el corto y mediano plazo no va a cambiar, la población en una gran mayoría solo ejerce su derecho al voto en contraprestación a un incentivo económico, por llamarlo de alguna manera; los partidos políticos están desprestigiados y no muestran signos de cambio o de renovación, y se mantienen como maquinarias electorales más que medios de construcción de proyectos colectivos de interés comunitario; los personalismos son hasta el momento el único camino de la ciudadanía para buscar la solución de sus problemas y la mayor parte de ellos ocultan objetivos privados en detrimento de los colectivos.
Frente a esta difícil realidad manifiesta en los resultados electorales, habrá que empezar a reflexionar sobre qué hacer para que en las próximas elecciones locales, las del próximo año, se pueda intentar revertir esta situación o al menos comenzar el proceso para cambiar lo que viene sucediendo, porque el estado actual no da los resultados que la ciudad requiere para su desarrollo. Si la población sigue optando por personas, sobre los partidos, es necesario empezar a construir el perfil de esos candidatos que la ciudad necesita para lograr el desarrollo, al tiempo que se va planeando lo que se quiere en las próximas elecciones al congreso.
