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Hora de las barbas en remojo

Por: Juan Manuel Lopez C.
 
 ¿En qué momento llegamos a estar tan aislados de la realidad que ya suponemos que nada de lo que pasa en el mundo tiene más peso que la reelección o no del Dr. Alvaro uribe?

 

En este momento toda la política del presidente George W. Bush  -tutor del Dr. Uribe- está bajo la lupa ya no solo de los organismos internacionales de derechos humanos sino de las entidades encargadas de velar por las leyes y la Constitución Americana.

Se revela allá (y se busca enjuiciar) la función paramilitar que han cumplido sociedades como Blackwater realizando las labores de guerra sucia que la política bushiana requería.

Están ya siendo investigados los funcionarios de su Central de Inteligencia –CIA- que cumplieron misiones de tortura, al igual que los miembros del Gobierno o incluso los ‘asesores sin cartera’ que conceptuaron y reformaron el lenguaje para pretender que esas violaciones a la ley podían ser desconocidas mediante simple debates semánticos.

Y los cuestionamientos y la revisión judicial han establecido que el presidente Bush engañó a su propia población para buscar su reelección montando un escenario de mayor peligro terrorista en vísperas de los comicios.

Hoy la petición y posible perspectiva es que el mismo Bush o por lo menos sus más altos funcionarios como Cheney o Rumsfeld sean enjuiciados por haber inventado con montajes en los medios unas guerra contra Irak y a Afghanistán; aparentemente solo el peso de Obama quien se ha opuesto a ‘mirar hacia atrás’ ha impedido que se desborde el ánimo de castigo que hoy pide rendición de cuentas por las catástrofes producidas bajo ese Gobierno.

Esto para no hablar la de la irresponsable orientación económica que arrastró al mundo pero sobre todo a su propio país a la peor crisis sufrida desde la Gran Depresión de 1929).

Pero en forma incomprensible quienes impulsan a las buenas y más las malas la ‘seguridad democrática’ no aprenden: lo que ha salvado al mundo de una peor catástrofe económica fue el pronto reconocimiento de la crisis y las medidas Keynesianas de dar liquidez a la economía mediante la intervención estatal así sea a costa de desequilibrios fiscales. Ellos sostienen que somos la excepción, que ella nos ‘blindó’ contra los peligros de una crisis, que no estamos en recesión, y que lo importante es recaudar nuevos impuestos para equilibrar los gastos de guerra.

Siguiendo el estilo Bush aumentamos al máximo el supuesto peligro externo, aún a costa de acabar las relaciones con los vecinos y convertirnos en la piedra en el zapato de toda la región.

Nuestros servicios de inteligencia (DAS) dejaron de estar al servicio de la ley para defenderla e imponerla y se convirtieron en instrumento se supone que no se sabe de quién para hacer seguimiento a quienes no participen de un ‘pensamiento único’ que se impone desde las más altas esferas.

Pero los métodos no se limitan al uso de los medios para invocar la necesidad de ‘exterminar la culebra’ señalando lo perversa que es y los ‘éxitos’ logrados en la lucha contra ella (¿recuerdan a Bush disfrazado de Snoopy declarando el éxito de la guerra contra Irak?), sino aquí se busca dar el ‘Golpe de Estado Inteligente’ adicionando la compra de conciencias para cambiar las reglas del juego para sustituir el Estado de Derecho por el ‘Estado de Opinión’.

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