Gregorio, un santo para el Festival – Por: Pedro Severiche

Hay en Barrancabermeja un hombre de figura endeble, cual Quijote de la Mancha, pero de carácter firme quién desde hace ya más de dos lustros decidió echarse encima la realización del Festival de Acordeones o Festival Vallenato. Nadie, pero absolutamente nadie, lo puede señalar del más mínimo asomo de haber actuado con indelicadeza en la vida pública y menos al frente de la organización de este evento, cuya versión número 35 termina este domingo. Se llama Gregorio Ortiz Epalza y su vida la ha llevado con pulcritud en el sector solidario, como gerente de una firma reconocida en Santander, donde ha forjado el temple de comerciante de respeto y en todos los aspectos de su diario trasegar.